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Rishi Sunak ha abandonado las medidas de su predecesor para trasladar la embajada británica en Israel a Jerusalén, según ha revelado Downing Street.
Liz Truss, cuando era primera ministra, ordenó revisar si el Reino Unido debía seguir a la administración Trump en el traslado de su embajada de Tel Aviv.
Le dijo a su homólogo israelí Yair Lapid que estaba considerando el cambio.
Sin embargo, una portavoz del No 10 dijo a los periodistas el jueves: “Se ha estudiado. No hay planes de trasladar la embajada británica”.
El traslado fue acogido con satisfacción por Husam Zomlot, embajador de la misión palestina en Gran Bretaña, que dijo: “Nos gustaría dar las gracias al gobierno británico, a los partidos de la oposición, a los líderes religiosos, a los activistas y a los miembros del público, cuyos esfuerzos han contribuido a mantener al Reino Unido en línea con el derecho internacional en esta materia”.
“La pregunta sobre la ubicación de la embajada del Reino Unido nunca debería haberse planteado en primer lugar”.
Y añadió: “Queda mucho trabajo por hacer para crear un entorno propicio para la paz en Oriente Medio y reparar la injusticia histórica causada por la Declaración Balfour, hace 105 años”.
“Pedimos al gobierno británico que desempeñe un papel activo, que reconozca el Estado de Palestina, que afirme el apoyo del Reino Unido a los derechos de los refugiados palestinos, que prohíba todos los bienes y productos ilegales procedentes de los asentamientos en los territorios ocupados y que sancione a las empresas que trabajan en ellos y se benefician de ellos.”
El cambio habría supuesto que Gran Bretaña siguiera a Estados Unidos, Kosovo, Honduras y Guatemala en tener sus embajadas en Jerusalén.
Antes de la Sra. Truss, la posición de Gran Bretaña era que Jerusalén debía ser la capital compartida de Israel y un Estado palestino, por lo que tener una embajada allí implicaría el reconocimiento de la ciudad como capital de Israel.
El ex ministro de Asuntos Exteriores, Sir Alan Duncan, advirtió el mes pasado que trasladar la embajada sería “imprudente y sin principios”.
Sara Husseini, directora del Comité Palestino Británico, dijo que el traslado representaría “una desviación significativa de la política británica mantenida durante mucho tiempo y una contravención directa del derecho internacional.”
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, también dijo que estaba “preocupado por el impacto potencial” del cambio “antes de que se haya alcanzado un acuerdo negociado entre palestinos e israelíes.”
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