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Hay “poco terreno para el optimismo” en las conversaciones para resolver la crisis en Ucrania, ha advertido Rusia.
Esto se produce en medio de las crecientes tensiones en la región, causadas por la acumulación de más de 100.000 soldados rusos cerca de su frontera con Ucrania.
La perspectiva pesimista del Kremlin se produjo en respuesta a su última ronda de intercambios no concluyentes con Washington, que espera desescalar el riesgo de guerra en Europa.
Estados Unidos y sus aliados no han aceptado ninguna de las exigencias de Moscú, entre las que se encuentra la de que la OTAN prometa que nunca permitirá que Ucrania se una a su alianza defensiva. Esto ha sido descartado categóricamente por Occidente.
A principios de esta semana, EE.UU. presentó respuestas por escrito a las estipulaciones de Rusia, que esta última ha dicho que son necesarias para mejorar la seguridad en Europa.
“No hay ningún cambio, no habrá ningún cambio”, dijo el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken, reiterando que Rusia se verá afectada por enormes sanciones si ataca a su vecino.
Refiriéndose a la negativa de la administración Biden a aceptar concesiones, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que presentaba “poco terreno para el optimismo”.
Sin embargo, matizó este comentario sugiriendo que los canales diplomáticos seguirían abiertos. “Siempre hay perspectivas de continuar el diálogo, es en interés tanto de nosotros como de los estadounidenses”, dijo.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, se hizo eco de este mensaje, diciendo que no había “ninguna respuesta positiva sobre la cuestión principal”, pero que algunos elementos podrían dar lugar al “inicio de una conversación seria sobre cuestiones secundarias”.
El jueves, otro funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores, Vladimir Ermakov, acusó a Estados Unidos de planear el traslado de misiles de corto o medio alcance a Europa y Asia.
“Seguimos insistiendo en que es prioritario llegar a un entendimiento de principios que permita abordar con urgencia los problemas en esta zona. De lo contrario, es inevitable que se produzcan nuevas ‘crisis de los misiles'”, dijo.
La última andanada de líneas del Kremlin se produce tras las conversaciones sobre seguridad mantenidas el miércoles en París con Ucrania, Francia y Alemania.
El ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, dijo que no se había producido ningún avance concreto en estas conversaciones, pero expresó su esperanza en las que están previstas en Berlín el mes que viene.
“Nada ha cambiado, esta es la mala noticia”, dijo Kuleba.
“La buena noticia es que los asesores acordaron reunirse en Berlín dentro de dos semanas, lo que significa que es probable que Rusia siga en la vía diplomática durante las próximas dos semanas”, añadió.
Mientras continúan las discusiones entre Rusia y Occidente, Moscú no da señales de frenar a sus militares.
Esta semana las tropas rusas han realizado ejercicios militares en tierra y mar, incluyendo prácticas de artillería en el suroeste de Rusia y ejercicios con aviones de combate en el Mar Negro. También ha enviado más soldados a Bielorrusia, justificando la medida diciendo que celebrará juegos de guerra conjuntos con Bielorrusia en febrero.
Mientras tanto, Occidente ha enviado armas como misiles antitanque a Ucrania para ayudarla en caso de invasión. Sin embargo, la OTAN ha dicho que no enviará tropas para defender a Kiev.
Información adicional de Reuters
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