El Ministerio de Defensa de Rusia está advirtiendo a los residentes en Kiev que abandonen sus hogares, ya que planea atacar objetivos en la capital ucraniana, la agencia de noticias estatal rusa Tass informa.
En un comunicado emitido el martes por la tarde, el Ministerio de Defensa dijo que las fuerzas rusas se están preparando para lanzar “ataques de alta precisión” contra el “Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) y el 72º Centro de Información y Operaciones Psicológicas (PSO)” en Kiev.
“Instamos a los ciudadanos ucranianos implicados por los nacionalistas ucranianos en las provocaciones contra Rusia, así como a los residentes de Kiev que viven cerca de las estaciones de relevo, a que abandonen sus hogares”, añadió el ministerio.
Esto se produce cuando Rusia ha comenzado a bombardear la segunda ciudad más grande de Ucrania, Kharkiv, el martes, en lo que el presidente de la nación ha calificado como una flagrante campaña de terror por parte de Moscú.
“Nadie perdonará. Nadie olvidará”, prometió el presidente Volodymyr Zelensky.
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Además, un convoy de 40 millas de cientos de tanques rusos y otros vehículos avanzó sobre la capital, Kiev, en lo que Occidente temía que fuera un intento de derrocar al gobierno de Ucrania e instalar un régimen favorable al Kremlin. Las fuerzas del presidente ruso, Vladimir Putin, insistieron en su ataque a otras ciudades del país, incluyendo los puertos estratégicos de Odessa y Mariupol, en el sur, o sus alrededores.
En Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, con una población de alrededor de 1,5 millones de habitantes, al menos seis personas murieron al ser atacado el edificio administrativo de la era soviética de la región. Las explosiones arrasaron zonas residenciales y una sala de maternidad fue trasladada a un refugio subterráneo.
La Plaza de la Libertad de Kharkiv -la plaza más grande de Ucrania y el núcleo de la vida pública de la ciudad- fue alcanzada por lo que se cree que fue un misil, en un ataque que muchos ucranianos consideraron una prueba descarada de que la invasión rusa no se limitaba a golpear objetivos militares, sino que también pretendía romper su espíritu.
El ataque hizo saltar por los aires las ventanas y las paredes de los edificios que rodean la enorme plaza central, que quedó amontonada con escombros y polvo. En el interior de un edificio, había trozos de yeso esparcidos, y las puertas, arrancadas de sus bisagras, yacían en los pasillos.
Human Rights Watch dijo que documentó un ataque con bombas de racimo frente a un hospital en el este de Ucrania en los últimos días. Los residentes locales también informaron del uso de las armas en Kharkiv y el pueblo de Kiyanka, aunque no hubo confirmación independiente.
De confirmarse, esto representaría un nuevo y preocupante nivel de brutalidad en la guerra y podría llevar a un aislamiento aún mayor de Rusia.
El Kremlin negó el martes que haya utilizado tales armas.
El fiscal jefe de la Corte Penal Internacional dijo que planea abrir una investigación sobre posibles crímenes de guerra en la invasión.
Impulsados por la condena occidental, los funcionarios rusos aumentaron sus amenazas de escalada, días después de plantear el espectro de un ataque nuclear. Un alto funcionario del Kremlin advirtió que la “guerra económica” de Occidente contra Rusia podría convertirse en una “guerra real.”
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