Casi 500 soldados rusos han muerto desde el comienzo de la guerra en Ucrania, según los jefes de defensa de Moscú, un número de muertos significativamente menor que el comunicado por el gobierno de Kiev.
Unos 498 han muerto y otros 1.597 han resultado heridos en los últimos siete días, según ha afirmado el Ministerio de Defensa ruso en su primer informe de bajas militares desde que el país invadió su vecino de Europa del Este la semana pasada.
Sin embargo, un asesor militar del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, afirmó que más de 7.000 militares rusos habían muerto y cientos habían sido hechos prisioneros, incluidos oficiales de alto rango.
El general de división ruso Igor Konashenkov también afirmó que más de 2.870 soldados ucranianos habían muerto y unos 3.700 habían resultado heridos, mientras que otros 572 habían sido capturados.
Rechazó los informes sobre las “incalculables pérdidas” de los rusos como “desinformación”, e insistió en que ni los reclutas ni los cadetes habían participado en Ucrania, desestimando las informaciones que lo habían hecho.
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Las autoridades ucranianas aún no han comentado las cifras, y no han podido ser verificadas inmediatamente. Sin embargo, la semana pasada el ministro de Defensa ucraniano advirtió que morirían en Ucrania tantos soldados rusos como durante las dos guerras de Chechenia, una cifra que se estima en hasta 160.000.
El servicio estatal de emergencias de Ucrania dice que más de 2.000 civiles han muerto desde que comenzó la invasión.
El país está oponiendo una resistencia masiva a los mortíferos bombardeos y a los incesantes bombardeos que le impone Rusia, una de las mayores fuerzas militares del mundo.
En Kharkiv, el segundo mayor objetivo ruso después de la capital, Kyiv, se han librado intensos combates con armas de fuego y los militares rusos han disparado misiles de crucero en sus esfuerzos por destruir a sus oponentes.
El asalto ruso a Kharkiv incluyó un ataque a la policía regional y a la sede de los servicios de inteligencia, así como a un edificio universitario, según funcionarios del gobierno. También se produjeron explosiones en una plaza central cerca de otros edificios gubernamentales, entre ellos el del ayuntamiento.
Oleksiy Arestovich, asesor del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, dijo que se detuvo un avance de las tropas rusas sobre Kharkiv, por lo que Rusia bombardeó la ciudad nororiental con cohetes y ataques aéreos en respuesta.
“Kharkiv es hoy el Stalingrado del siglo XXI”, dijo Arestovich, quien añadió que varios aviones rusos fueron derribados sobre la ciudad.
Oleg Sinehubov, jefe de la administración regional de Kharkiv, dijo que 21 personas habían muerto y al menos 112 habían resultado heridas en las últimas 24 horas.
Un convoy de 40 millas de tanques rusos y otros vehículos se dirige a Kiev, una ciudad de casi 3 millones de habitantes. Occidente teme que sea parte de un esfuerzo de Vladimir Putin para derrocar al gobierno e instalar un régimen favorable al Kremlin.
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