Rusia ha cortado el mayor gasoducto que alimenta a Europa por “mantenimiento”, en una medida que exacerbará los temores en muchas capitales sobre la fiabilidad del suministro energético en invierno.
La medida se produjo mientras el primer ministro francés advertía de un racionamiento de gas y de cortes de electricidad este invierno, ya que las consecuencias de la guerra en Ucrania se encuentran con un descenso de la producción energética nacional.
Gazprom anunció el miércoles que iba a cerrar el gasoducto Nord Stream 1 a Alemania durante tres días debido a un problema de mantenimiento, a pesar de que Alemania dijo que no había tal problema.
Según Gazprom, la única turbina que queda, situada en la estación de compresores de Portovaya, necesita reparaciones.
El jefe de la Agencia Federal de Redes de Alemania, Klaus Mueller, dijo que los trabajos de mantenimiento son técnicamente incomprensibles y los considera una forma de castigar a Berlín por ponerse del lado de Ucrania frente a la invasión rusa.
Recientemente, Rusia representaba alrededor de un tercio del suministro de gas de Alemania. Berlín dijo la semana pasada que la caída de los flujos de gas confirmaba que Alemania no puede depender de las entregas rusas, y anunció que aumentaría sus necesidades de almacenamiento de gas y tomaría más medidas para conservar el suministro.
El canciller alemán, Olaf Scholz, dijo que su gobierno estaba bien preparado para hacer frente a un corte de suministro ruso que amenazara con una escasez de energía durante el invierno. Citó las decisiones de Alemania de reactivar las centrales eléctricas de petróleo y carbón, ordenar el llenado de las instalaciones de almacenamiento de gas natural y alquilar barcos para el almacenamiento de gas natural líquido en el mar.
También se espera una decisión sobre la prolongación de la vida útil de las tres centrales nucleares que quedan en Alemania.
Rusia ha cortado o reducido el suministro de gas a 12 países europeos desde que invadió Ucrania. Pero Hungría, dirigida por Viktor Orban, simpatizante de Putin, anunció el miércoles que había firmado un nuevo acuerdo con Gazprom para el envío de gas adicional a partir del 1 de septiembre.
El martes, Gazprom dijo que suspendería todas las entregas de gas a la empresa francesa Engie, a partir del jueves, por una disputa financiera.
Engie dijo que ya había conseguido suficiente gas para cumplir sus compromisos con los clientes, pero la primera ministra francesa, Elisabeth Borne, salió el miércoles en la televisión para advertir a la población de que, en el peor de los casos, este invierno podrían imponerse cortes de electricidad de dos horas en los hogares franceses.
También dijo que el gas podría ser racionado para las empresas, que son los mayores consumidores.
Borne dijo que la situación potencialmente drástica se debía a la guerra en Ucrania junto con el cierre previsto de alrededor de la mitad de los 56 reactores nucleares de Francia para su mantenimiento. Francia depende de la energía nuclear para el 67% de su electricidad, más que cualquier otro país, y del gas para el 7%.
Se teme que la espiral de precios de la energía de este invierno haga inasequibles los costes para millones de personas en toda Europa. Varios países ya se han comprometido a ayudar a sus ciudadanos, y Francia ha limitado la subida de precios al 4%.
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