Rusia reanudó su asalto a la planta siderúrgica de Azovstal en Mariupol, después de que el martes se rompiera el alto el fuego y algunos civiles quedaran atrapados bajo tierra a pesar de la evacuación mediada por la ONU.
Los cohetes rusos bombardearon otras partes del este y el sur de Ucrania y apuntaron a los depósitos de material militar occidental avanzado, y Gran Bretaña dijo que el gobierno ucraniano respaldado por Occidente derrotaría la invasión rusa y aseguraría su libertad.
Tras fracasar en la toma de Kiev en las primeras semanas de la guerra, Rusia retiró algunas de sus fuerzas y luego dijo que cambiaría su enfoque hacia el corazón industrial del este de Ucrania, el Donbas.
Mariupol se encuentra en la región, y su captura privaría a Ucrania de un puerto vital, permitiría a Rusia establecer un corredor terrestre hacia la península de Crimea, que arrebató a Ucrania en 2014, y liberaría tropas para luchar en otras partes del Donbas.
Los informes de nuevos ataques rusos sobre Mariupol se producen mientras la ONU afirma haber evacuado con éxito a unas 101 personas de la planta siderúrgica de Azovstal, diciendo que la mayoría de los evacuados estaban en Zaporizhzhia, donde están recibiendo asistencia humanitaria.
“Gracias a la operación, 101 mujeres, hombres, niños y personas mayores pudieron finalmente salir de los búnkeres bajo la acería Azovstal y ver la luz del día después de dos meses”, dijo Osnat Lubrani, coordinadora humanitaria de la ONU para Ucrania, en un comunicado enviado a los periodistas.
El Comité Internacional de la Cruz Roja, que también participó en la operación de salvamento, emitió un comunicado paralelo en el que afirmaba que unas 100 personas procedentes de la zona de la planta de Mariupol habían llegado a Zaporizhzhia el martes. Entre ellos había algunos heridos, añadía.
Sin embargo, otros seguían atrapados. “Hubiéramos esperado que muchas más personas hubieran podido unirse al convoy y salir del infierno. Por eso tenemos sentimientos encontrados”, declaró a los periodistas Pascal Hundt, del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), a través de Zoom.
Destacando el número de víctimas de la guerra, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky dijo el lunes que al menos 220 niños ucranianos han sido asesinados por el ejército ruso desde el comienzo de la guerra, y 1.570 instituciones educativas han sido destruidas o dañadas.
También señaló que algunas personas que intentan escapar de los combates temen ser llevadas a Rusia o a zonas controladas por Rusia.
Más de un millón de personas, entre ellas cerca de 200.000 niños, han sido trasladadas de Ucrania a Rusia, dijo el lunes el Ministerio de Defensa ruso, según la agencia estatal de noticias TASS.
El funcionario del Ministerio de Defensa, Mikhail Mizintsev, dijo que esa cifra incluía a 11.550 personas en las últimas 24 horas, “sin la participación de las autoridades ucranianas.”
El Sr. Zelensky dijo que la ONU le aseguró que se permitiría a las personas que huyeran de Mariupol ir a las zonas que controla su gobierno. Al margen de las evacuaciones oficiales, algunos residentes de Mariupol se marcharon por su cuenta, a menudo en coches particulares dañados.
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