Saturno está inclinado después de que una de sus lunas se estrellara contra él, según sugiere un nuevo estudio.
Incluso en las imágenes, está claro que hay algo raro en nuestro vecino cercano: sus anillos giran en un ángulo de aproximadamente 25 grados con respecto a su órbita alrededor del Sol. Pero no está tan claro cómo llegó a estar inclinado, y los científicos piensan que probablemente tenga algo que ver con Neptuno, su vecino cercano, ya que la inclinación es similar a su órbita.
Ahora los científicos han sugerido que los dos estuvieron una vez sincronizados, orbitando juntos en una alineación o resonancia.
Esa alineación se rompió en algún momento de la historia, cuando una luna causó estragos entre los dos, según sugiere un nuevo estudio.
Actualmente, Saturno tiene 83 lunas. Pero en el pasado pudo haber tenido un satélite extra, ahora desaparecido, que los científicos han llamado Crisálida.
Esas numerosas lunas orbitaban alrededor de Saturno y lo mantenían alineado con Neptuno, dicen los científicos, con esa suave resonancia que duró miles de millones de años.
Sin embargo, hace unos 160 millones de años, Crisálida se salió de esa alineación y se acercó demasiado a Saturno. La luna se desgarró, y su pérdida alejó a Saturno de Neptuno y dejó al planeta fuera de su alineación.
Es más, los anillos de Saturno pueden haberse formado a partir de los trozos en los que se rompió Crisálida.
Eso ayuda a explicar dos misterios a la vez. Crisálida es la causa de la inclinación y la inexplicable edad de los anillos, que sólo tienen 100 millones de años y son mucho más jóvenes que el propio planeta.
“Al igual que la crisálida de una mariposa, este satélite estuvo inactivo durante mucho tiempo y de repente se activó, y los anillos emergieron”, dijo Jack Wisdom, profesor de ciencias planetarias en el MIT y autor principal del nuevo estudio.
El equipo utilizó datos detallados sobre Saturno -incluidas las mediciones realizadas cuando la sonda Cassini se estrelló contra el planeta- para construir una simulación precisa de Saturno. Esos modelos indicaron que los planetas podrían haber estado alguna vez sincronizados entre sí, pero que se habían distanciado.
Una luna podría ser suficiente para causar esos problemas, creen los científicos. Habría orbitado alrededor de Saturno hasta hace entre 200 y 100 millones de años, cuando cayó en una órbita caótica que la acercó a otros satélites y luego rozó a Saturno, que la destrozó.
“Es una historia bastante buena, pero como cualquier otro resultado, tendrá que ser examinada por otros”, dijo Wisdom. “Pero parece que este satélite perdido no era más que una crisálida, esperando a tener su inestabilidad”.
La investigación se describe en un artículo, ‘Loss of a satellite could explain Saturn’s obliquity and young rings’, publicado en Science.
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