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Save The Children ha dicho que los miembros de su personal que murieron en un presunto ataque del ejército de Myanmar en la víspera de Navidad eran padres jóvenes con hijos de meses.
“Con profunda tristeza confirmamos hoy que dos miembros del personal de Save the Children se encontraban entre al menos 35 personas, entre ellas mujeres y niños, que fueron asesinados el viernes 24 de diciembre en un ataque del ejército de Myanmar en el estado de Kayah, en el este del país ”, dijo el grupo en un comunicado el martes.
Un hombre tenía 32 años, un hijo de 10 meses y había trabajado en la organización durante dos años, formando profesores. El otro hombre tenía 28 años y una hija de tres meses. Se había unido a la organización hace seis años.
Sus nombres no se han publicado por motivos de seguridad.
El grupo dijo que los miembros del personal regresaban a su oficina después de “trabajar en una respuesta humanitaria en una comunidad cercana cuando quedaron atrapados en el ataque”.
“Los militares sacaron a la gente de sus autos, arrestaron a algunos, mataron a muchos y quemaron los cuerpos”, dijo el grupo.
En un comunicado, la Directora Regional de UNICEF para Asia Oriental y el Pacífico, Debora Comini, condenó el ataque y pidió una investigación.
“UNICEF pide una acción urgente para investigar este lamentable incidente y hacer que los responsables rindan cuentas”, dijo. “Ofrecemos nuestro más sentido pésame a las familias de las víctimas y a nuestros colegas de Save the Children”.
Save the Children suspendió sus operaciones en Myanmar luego de que los miembros de su personal fueran reportados como desaparecidos la semana pasada.
En febrero de este año, el Tatmadaw, el ejército de Myanmar, dio un golpe de estado, derrocando al gobierno electo y arrestando a funcionarios, incluida Aung San Suu Kyi. El país del sur de Asia ha estado convulsionado desde entonces. Los civiles se han levantado en armas en protesta y han exigido el restablecimiento de la democracia.
El golpe también provocó indignación internacional y las fuerzas de seguridad reprimieron con fuerza las manifestaciones no violentas en todo el país, matando a casi 1.400 civiles, según la Asociación de Asistencia a Presos Políticos.
El Gobierno de Unidad Nacional, una amplia alianza de organizaciones antigolpistas que incluye a miembros del partido gobernante derrocado de la Sra. Suu Kyi, ha respaldado el entrenamiento y la formación de milicias llamadas Fuerzas de Defensa del Pueblo y ha declarado una rebelión nacional contra el gobierno militar.
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