La invasión rusa de Ucrania ha sumido a Europa en una era de inseguridad, dijo Alemania el viernes, un día después de que Vladimir Putin predijera una década “peligrosa” por delante.
El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, dijo que la invasión del 24 de febrero había acabado con los “viejos sueños” de un continente unido.
“Nos ha sumido en otro tiempo, en una inseguridad que creíamos superada: un tiempo marcado por la guerra, la violencia y la huida, por la preocupación de que la guerra se expanda hasta convertirse en un incendio en Europa”, dijo el presidente, que pertenece a un ala de los socialdemócratas alemanes que desde hace tiempo aboga por estrechar los lazos económicos con Moscú.
“Se avecinan años más duros, años difíciles”.
Alemania, que se ha sumado a las sanciones europeas contra Rusia y el suministro de armas a Ucrania, ha registrado la llegada de más de un millón de refugiados ucranianos y ha advertido de la posible escasez de energía este invierno tras los cortes en el suministro de gas ruso.
Putin, en una conferencia en Moscú el jueves, restó importancia a la perspectiva de un enfrentamiento nuclear con Occidente, pero acusó a los líderes occidentales de incitar la guerra en Ucrania, que según él estaba justificada por el deseo expreso de Kiev de unirse a la OTAN.
El dominio de Occidente sobre los asuntos mundiales está llegando a su fin y “se avecina probablemente la década más peligrosa, imprevisible y, al mismo tiempo, importante desde el final de la Segunda Guerra Mundial”, dijo Putin.
El líder ruso insistió en que la guerra de Moscú en Ucrania, que califica de “operación militar especial”, se está desarrollando según lo previsto, mientras ambas partes se preparan para una batalla clave en Kherson, en el sur de Ucrania.
La región, una de las cuatro provincias parcialmente ocupadas que Rusia declaró anexionadas el mes pasado, controla tanto la única ruta terrestre hacia la península de Crimea -tomada por Rusia en 2014- como la desembocadura del río Dnipro que divide a Ucrania.
Las tropas ucranianas y rusas se atrincheraron en líneas de trincheras embarradas al norte de la capital regional, también llamada Kherson, e intercambiaron fuego de cohetes, morteros y artillería el viernes, un ritual diario desde que Ucrania hizo retroceder a las fuerzas de Moscú hacia la ciudad portuaria el mes pasado.
En las últimas semanas, Putin ha intensificado el conflicto, discutiendo sobre las armas nucleares y lanzando una movilización parcial de hombres para luchar en Ucrania. La gobernadora del banco central ruso, Elvira Nabiullina, dijo el viernes que la movilización podría estimular la inflación al afectar al mercado laboral, pero prometió contener la subida de precios.
Rusia también ha desencadenado una ola de ataques con misiles y drones, golpeando la infraestructura energética de Ucrania y forzando cortes de energía en Kiev y otros lugares, dijeron las autoridades.
Ucrania ha derribado hasta ahora más de 300 aviones no tripulados iraníes Shahed-136 “kamikaze”, dijo el portavoz de la fuerza aérea Yuriy Ihnat. No fue posible verificar el informe. Irán ha negado las afirmaciones ucranianas y occidentales de que está enviando drones a Rusia.
Reuters
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