Se avecinan tiempos difíciles, pero Alemania dice que estará al lado de Ucrania

El respaldo alemán a las sanciones impuestas a Rusia tras la invasión de Ucrania por parte de Moscú no decae, incluso a pesar de la crisis energética que se avecina en forma de aumento de las facturas y de un posible racionamiento, dijo el lunes el canciller Olaf Scholz.

Berlín ha dependido durante mucho tiempo del gas ruso, ya que antes del inicio de la guerra el 55% del consumo alemán se importaba de Moscú. Desde la invasión, Berlín se ha esforzado por importar energía de otros lugares, incluyendo acuerdos con Noruega y el gigante del gas del Golfo, Qatar.

A pesar de ello, el país debe prepararse para los “meses difíciles que se avecinan”, dijo el lunes el portavoz de la Cancillería. Muchos hogares alemanes siguen dependiendo del gas ruso, lo que significa que podría ser un invierno muy largo para los ciudadanos de a pie.

Sin embargo, la dirigente alemana afirmó que esto no afectará al apoyo del país a Kiev.

“Está claro que estamos firmemente del lado de Ucrania y apoyamos las sanciones que acordamos junto con la Unión Europea y la comunidad internacional”, añadió el portavoz.

Además, el lunes, Berlín descartó cualquier aprobación del archivado gasoducto Nord Stream 2. Se trataba de un proyecto para duplicar la capacidad de gas de Rusia a Alemania. La construcción del gasoducto se completó el año pasado, pero se suspendió en los últimos días antes de la invasión.

Para enfatizar el apoyo a Ucrania, que ha sido cuestionado en algunos sectores, y que ha dado lugar a algunos momentos de fricción entre Berlín y Kiev, se anunció el lunes que los tres primeros sistemas antiaéreos autopropulsados Gepard alemanes habían sido entregados al país desgarrado por la guerra.

Los sistemas de defensa antiaérea, que son operados por tripulaciones de tres personas y pueden alcanzar objetivos a una distancia de hasta cuatro kilómetros (2,5 millas), son una de las varias piezas de equipo militar occidental que se están suministrando a Ucrania para ayudarla a defenderse del avance ruso.

Mientras tanto, se anunció el lunes que los funcionarios locales del partido de Scholz habían rechazado un intento de expulsar al ex canciller Gerhard Schroeder por sus estrechos vínculos con Rusia.

Un comité de arbitraje de la rama de los socialdemócratas de centro-izquierda en Hannover, donde vive Schroeder, examinó 17 solicitudes de miembros del partido para iniciar un procedimiento contra él.

Las antiguas conexiones de Schroeder con el sector energético ruso y su negativa a distanciarse totalmente del presidente Vladimir Putin después de que Rusia invadiera Ucrania han dejado su posición política en entredicho.

Sin embargo, el comité del SPD determinó que sus acciones no constituyen una violación de las normas del partido.

Schroeder, que fue canciller de 1998 a 2005 y líder de los socialdemócratas de 1999 a 2004, no ha dado muestras de hacer caso a los llamamientos de los altos cargos del partido para que modere su retórica sobre Rusia o abandone el partido por decisión propia.

Esto ha tenido consecuencias políticas en Alemania.

En mayo, los legisladores alemanes acordaron cerrar la oficina de Schroeder, financiada por los contribuyentes, y éste renunció al título de ciudadano honorario de Hannover, adelantándose a una probable decisión de las autoridades municipales.

Schroeder se ha encogido de hombros ante la presión y ha seguido manteniendo sus vínculos con Putin. Recientemente se reunió con el líder ruso en una visita a Moscú a finales de julio.