Se convirtió en nuestra voz”: Albright aclamada por los líderes mundiales

Mientras presionaba a la administración Clinton para que actuara contra el presidente serbio Slobodan Milosevic por los crímenes de guerra cometidos en los Balcanes, Madeleine Albright recordaba su propia infancia como refugiada de una Europa devastada por la guerra.

Líderes mundiales recordaron cómo la historia personal de Albright ayudó a inspirar su pasión profesional al elogiar a la primera mujer secretaria de Estado de Estados Unidos, tras su muerte el miércoles a los 84 años.

“Nos dio esperanza cuando no la teníamos”, dijo la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani. “Se convirtió en nuestra voz y nuestro brazo cuando nosotros mismos no teníamos ni voz ni brazo. Sintió el dolor de nuestro pueblo porque ella misma había experimentado la persecución en la infancia, por eso se puso en contra de Milosevic hasta detener su genocidio en Kosovo”.

Albright, añadió Osmani, “apoyó a Kosovo hasta el último aliento y por eso el pueblo de Kosovo la recordará eternamente.”

“Pocos de los líderes mundiales hicieron tanto por nuestro país como Madeleine Albright”, dijo el Primer Ministro checo Petr Fiala sobre Albright, que nació en Praga y visitó repetidamente su patria tras la Revolución de Terciopelo anticomunista de 1989, liderada por su amigo Vaclav Havel, un disidente anticomunista que llegó a ser presidente del país.

Fiala dijo que Albright “tuvo una oportunidad en el mundo libre y la aprovechó al máximo. Gracias. Nunca te olvidaremos”.

Bill Clinton, que como presidente en 1996 nombró a Albright como máxima diplomática de Estados Unidos, recordó su último viaje con ella hace casi tres años. Fue, tal vez de forma apropiada, a Kosovo, donde se erigió una estatua en Pristina en su honor cuando el país conmemoraba el 20º aniversario de su lucha por la independencia.

“Como sabía de primera mano que las decisiones políticas de Estados Unidos tenían el poder de marcar la diferencia en la vida de las personas en todo el mundo, veía su trabajo como una obligación y una oportunidad”, dijo Clinton.

Más recientemente, dijo, ella apoyó a Ucrania y su independencia en medio de la guerra que Rusia libra contra el país.

El presidente Joe Biden recordó el miércoles que “trabajar con la secretaria Albright durante la década de 1990 fue uno de los momentos más destacados de mi carrera en el Senado de los Estados Unidos durante mi mandato en la Comisión de Relaciones Exteriores. Mientras el mundo se redefinía tras la Guerra Fría, éramos socios y amigos que trabajaban para dar la bienvenida a la OTAN a las democracias recién liberadas y hacer frente a los horrores del genocidio en los Balcanes.”

Dijo que cuando piensa en Albright, “siempre recordaré su ferviente fe en que ‘América es la nación indispensable'”.

En el pleno de la Asamblea General, el enviado de Estados Unidos a las Naciones Unidas honró a Albright -amiga desde hace décadas, antigua jefa y colega de la Universidad de Georgetown- como una “pionera y una luminaria.”

“Dejó una marca indeleble en el mundo y en las Naciones Unidas”, dijo Linda Thomas-Greenfield a la asamblea, que se reunía para debatir la guerra en Ucrania y la consiguiente crisis humanitaria. “Nuestro país y nuestras Naciones Unidas son más fuertes por su servicio”.

Haris Silajdzic, una figura clave del gobierno bosnio durante la brutal guerra interétnica del país en la década de 1990, incluso como ministro de Asuntos Exteriores y primer ministro, dijo que Albright “comprendió verdaderamente lo que sucedió (en Bosnia) y fue la más persistente defensora de la justicia” para el país balcánico.

En Bosnia, Albright es bien recordada como la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas que, en el verano de 1995, presentó al Consejo de Seguridad de la ONU las primeras pruebas de las atrocidades masivas cometidas en la ciudad oriental de Srebrenica en los últimos meses de la brutal guerra del país entre 1992 y 1995.

Más de 8.000 musulmanes bosnios murieron durante 10 días de matanza después de que la ciudad fuera invadida por las fuerzas serbobosnias en julio de 1995. Sus cuerpos fueron arados en fosas comunes hechas a toda prisa y luego desenterrados con excavadoras y esparcidos entre otros lugares de enterramiento para ocultar las pruebas del crimen.

Los restos de las víctimas siguen siendo desenterrados e identificados.

“Por su propia experiencia, era una verdadera defensora de la justicia, no soportaba la injusticia”, dijo Silajdzic sobre Albright, añadiendo que, como tal, “comprendía que (Bosnia) había sufrido injusticias y buscaba la forma de corregirlas”.

Los principales demócratas del Congreso, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y la líder de la mayoría del Senado, Nancy Pelosi, elogiaron el carácter histórico del liderazgo de Albright. El director de la CIA, William Burns, calificó a Albright, que como halcón de la administración Clinton instó al presidente a implicarse militarmente en el conflicto de Kosovo, de “directa y franca ante la injusticia”,tanto en el país como en el extranjero. Se echará de menos su estilo y su impecabilidad”.

También hubo homenajes republicanos, por parte del ex presidente George W. Bush, quien dijo que Albright había “servido con distinción como ministra de Asuntos Exteriores nacida en el extranjero que comprendió de primera mano la importancia de las sociedades libres para la paz en nuestro mundo”, y del líder del Senado del Partido Republicano, Mitch McConnell, quien dijo que no era necesario compartir cada uno de sus puntos de vista políticos “para apreciar su dedicado liderazgo en nombre de nuestra nación.”

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