La Organización Meteorológica Mundial ha certificado dos nuevos récords mundiales de megarrayos en América, ambos registrados en 2020.
Con la ayuda de una sofisticada tecnología de satélites, el Comité de Extremos Meteorológicos y Climáticos de la organización -que mantiene registros oficiales de los extremos globales, hemisféricos y regionales- realizó algunas observaciones fascinantes.
El 20 de abril de 2020, en una zona del sur de Estados Unidos, se registró el relámpago más largo del mundo, que tuvo una increíble distancia horizontal de 768 km, superando el récord anterior en casi 60 km.
Esta distancia equivale a ir de Nueva York a Columbus Ohio en Estados Unidos, o de Londres a Hamburgo en Alemania. El récord anterior se había establecido a través del sur de Brasil allá por octubre de 2018, que se registró con 709 km de distancia.
La OMM también reveló un nuevo récord de duración de un solo rayo, que se registró en 17,102 segundos en medio de una tormenta eléctrica sobre Uruguay y partes del norte de Argentina el 18 de junio de 2020.
“Estos son registros extraordinarios de eventos de un solo relámpago. Es probable que existan extremos aún mayores y que podamos observarlos a medida que mejore la tecnología de detección de rayos”, dijo el profesor Randall Cerveny, relator de Extremos Meteorológicos y Climáticos de la OMM.
“Los rayos son un peligro importante que se cobra muchas vidas cada año. Los hallazgos ponen de manifiesto importantes problemas de seguridad contra los rayos en las nubes electrificadas, donde los destellos pueden recorrer distancias extremadamente grandes”, añade el profesor Petteri Taalas, Secretario General de la OMM.
Los nuevos récords se produjeron en puntos calientes de las tormentas del Sistema Convectivo de Mesoescala (SCM), cuyas características permiten que se produzcan megarrebatos extraordinarios, es decir, en las Grandes Llanuras de América del Norte y sus alrededores, y en la cuenca del Plata en América del Sur.
El destacado especialista en rayos y miembro del comité Ron Holle afirma: “estos relámpagos extremadamente grandes y de larga duración no fueron aislados, sino que ocurrieron durante tormentas eléctricas activas. Cada vez que se oyen truenos es el momento de llegar a un lugar seguro para los rayos”.
“Los únicos lugares seguros para los rayos son los edificios importantes que tienen cableado y fontanería; no las estructuras como en una playa o una parada de autobús. El segundo lugar seguro es el interior de un vehículo con techo metálico completamente cerrado; no los buggies o las motocicletas.
“Si un rayo se encuentra a menos de 10 km, como se ha comprobado con datos fiables sobre rayos, vaya al edificio o vehículo seguro contra rayos. Como demuestran estos casos extremos, los rayos pueden llegar en cuestión de segundos a una gran distancia, pero están incrustados dentro de tormentas eléctricas más grandes, así que esté atento”, concluye.
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