La fiscalía japonesa ha acusado de asesinato al sospechoso del asesinato de Shinzo Abe, seis meses después de que el ex primer ministro fuera asesinado a plena luz del día, causando conmoción en todo el país.
Tetsuya Yamagami, de 42 años, fue detenido inmediatamente después de disparar presuntamente con un arma artesanal contra Abe durante su discurso de campaña en Nara, al oeste de Japón, en julio.
Tras una evaluación mental de casi seis meses, los fiscales declararon que Yamagami está en condiciones de ser juzgado, por lo que podría ser condenado a cadena perpetua.
Yamagami fue acusado de asesinato y violación de la ley de control de armas, según el Tribunal del Distrito de Nara.
El asesinato de Abe, uno de los políticos más influyentes y divisivos de Japón, desencadenó un debate público sobre la iglesia de la unificación y sus vínculos con el Partido Liberal Democrático (PLD), dominante en Japón.
Yamagami declaró a la policía que guardaba rencor a Abe por sus aparentes vínculos con la controvertida Iglesia de la Unificación y le culpó de la bancarrota de su madre, que había donado 100 millones de yenes (774.700 dólares) al grupo.
Su abogado, Masaaki Furukawa, declaró el jueves que Yamagami tendrá que asumir la responsabilidad de las graves consecuencias de sus presuntas acciones y que los abogados de la defensa trabajarán para que se le reduzca la condena.
Debido a la complejidad del caso, pasarán meses antes de que comience el juicio, declaró Furukawa.
Al parecer, la policía también está estudiando otros cargos contra él, como producción de armas, violación de la ley de control de explosivos y daños a edificios.
Sin embargo, un sector de la población expresó su simpatía por Yamagami y firmó una petición solicitando clemencia.
La Iglesia de la Unificación ha sido calificada por los críticos de “secta”, ya que envía a sus seguidores a trabajar como voluntarios, conocidos coloquialmente como “Moonies”, para presionar a los devotos a hacer grandes donaciones.
Sun Myung Moon la estableció por primera vez en Corea del Sur a principios de la década de 1950 y más tarde llegó a Japón, donde estableció vínculos con políticos para aumentar su base de seguidores.
La popularidad del primer ministro, Fumio Kishida, se ha visto afectada después de que una investigación sobre el caso revelara años de estrechos vínculos entre el gobernante Partido Liberal Democrático de Abe y la Iglesia.
Kishida ha negado cualquier relación con el grupo y su gobierno ha aprobado una ley para ayudar a las víctimas de las prácticas de recaudación de fondos de la Iglesia. Una medida que los expertos consideran insuficiente.
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