Sri Lanka ha anunciado un impago sin precedentes de toda su deuda externa, por valor de 51.000 millones de dólares, en medio del agravamiento de la crisis económica que afecta a la nación insular.
El Ministerio de Finanzas del país dijo el martes en un comunicado que los impactos de la pandemia y la guerra de Ucrania hacían “imposible” pagar a sus acreedores, incluidos los gobiernos extranjeros, y que el gobierno daría prioridad a preservar sus menguantes reservas de divisas.
“Los acontecimientos recientes, sin embargo… han erosionado la posición fiscal de Sri Lanka [to the point] que el servicio normal continuado de las obligaciones de la deuda pública externa se ha vuelto imposible,” dijo en un comunicado.
“Será necesaria una reestructuración completa de estas obligaciones”, añadió.
El país del sur de Asia ha sido testigo de protestas masivas contra el gobierno en las últimas semanas, ya que sufre escasez de combustible y alimentos, lo que ha provocado inflación, escasez de muchos productos de primera necesidad y cortes de electricidad de varias horas.
El país dijo que está esperando un rescate del Fondo Monetario Internacional para poder cumplir con sus obligaciones de deuda, que el organismo internacional ya ha evaluado como insostenible. También está buscando ayuda de otros países.
La medida rompe el “historial intachable” de Sri Lanka en el pago de sus deudas internacionales desde que obtuvo la independencia del dominio británico en 1948, según el comunicado.
El ministerio también dijo que los acreedores son libres de capitalizar los pagos de intereses que vencen a partir del martes por la tarde u optar por el reembolso en rupias de Sri Lanka.
Las reservas de divisas de Sri Lanka se redujeron a 1.930 millones de dólares en marzo, un 16,1% menos que el mes anterior, según informó la semana pasada el banco central del país.
Según un análisis de Bloomberg, se calcula que este año hay que pagar 8.600 millones de dólares de deuda.
El recién nombrado jefe del banco central, P Nandalal Weerasinghe, también dijo que el país no debería utilizar “las limitadas divisas disponibles para el pago de la deuda”. Sin embargo, añadió que no hay razón para reestructurar la deuda interna.
El banco central subió anteriormente los tipos de interés en un 7%, casi duplicándolos, para hacer frente a la creciente inflación y evitar el impago de los bonos.
Sri Lanka ha sido testigo de largas colas de personas que intentan comprar productos esenciales escasos y la ira pública ha llevado a protestas generalizadas en toda la nación insular, incluyendo la ocupación de la residencia del presidente Gotabaya Rajapaksa.
El gobierno ha anunciado una emergencia para hacer frente al aumento de las manifestaciones y ha cerrado las plataformas de medios sociales durante un breve periodo.
La crisis y las protestas provocaron la dimisión de muchos miembros del gabinete. Cuatro ministros juraron como interinos, pero muchas de las carteras clave están vacantes.
El Parlamento no ha logrado llegar a un consenso sobre cómo abordar la crisis después de que casi 40 legisladores de la coalición gobernante dijeran que ya no votarían de acuerdo con las instrucciones de la coalición, debilitando significativamente al gobierno.
Con los partidos de la oposición divididos, tampoco han podido formar una mayoría y tomar el control del parlamento.
Se esperan nuevas conversaciones con el FMI a finales de este mes, y el gobierno también ha recurrido a China e India para obtener préstamos de emergencia para comprar alimentos y combustible.
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