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Sri Lanka, con problemas de liquidez, ha cerrado las escuelas e instado a los empleados a trabajar desde casa en un esfuerzo por ahorrar combustible, mientras la nación sigue luchando contra su peor crisis económica desde su independencia en 1948.
Las escuelas de la capital, Colombo, y sus alrededores llevan una semana cerradas. La medida afectará aún más a la educación de los niños, ya interrumpida durante años debido a Covid-19, según la organización sin ánimo de lucro Save the Children.
Se ha pedido a los empleados que trabajen desde casa hasta nuevo aviso, pocos días después de que el gobierno redujera las jornadas laborales declarando el viernes como día festivo e instara a los empleados a “dedicarse a la jardinería doméstica o a cultivar cosechas a corto plazo” para asegurar sus suministros.
Las tropas entregaron el lunes fichas a las personas que hacían cola para comprar gasolina en medio de una grave escasez.
“Llevo cuatro días en la cola, no he dormido ni comido bien durante este tiempo”, dijo a Reuters el conductor de autorickshaw WD Shelton, de 67 años. Él era uno de los cientos de personas que hacían colas serpenteantes con una ficha destinada a guardar su lugar cuando el combustible estuviera disponible.
La nación de 22 millones de habitantes, afectada por la crisis, está luchando por asegurar el suministro de combustible fresco, dijo el domingo el ministro de energía y electricidad, Kanchana Wijesekera. Añadió que las reservas son de unas 9.000 toneladas de gasóleo y 6.000 toneladas de gasolina, y que no se prevén nuevos envíos.
Según los informes, el transporte público, la generación de energía y los servicios médicos tendrían prioridad en la distribución de combustible, mientras que una parte se racionaría en los puertos y aeropuertos.
Ranil Wickremesinghe, que asumió el cargo de primer ministro en mayo, anunció la semana pasada que la economía del país se ha “colapsado completamente” debido al agotamiento de las reservas de divisas y a la creciente deuda.
Wickremesinghe dijo que Sri Lanka “se enfrenta a una situación mucho más grave” que la escasez de gas, electricidad y alimentos que ha sufrido en los últimos meses en medio de las protestas contra el presidente Gotabaya Rajapaksa y su familia.
“Ahora estamos viendo signos de una posible caída hasta el fondo”, advirtió.
Desde el inicio de la crisis, Sri Lanka ha recibido la mayor parte del combustible a través de una línea de crédito india de 500 millones de dólares, que se agotó a mediados de junio. Un cargamento de gasolina que debía llegar el jueves pasado no llegó y aún no hay programados nuevos envíos.
La nación insular aplicó el domingo un aumento del precio del combustible de entre el 12% y el 22%.
Mientras tanto, Sri Lanka dijo que enviará a dos ministros del gobierno a Rusia el lunes para negociar el combustible. El Sr. Wijesekera dijo que los dos ministros continuarán las conversaciones que Sri Lanka ha estado manteniendo con las autoridades rusas para la compra directa de combustible, entre otras cuestiones relacionadas.
“Es una ventaja para nosotros si pudiéramos comprar petróleo directamente al gobierno ruso o a empresas rusas. Hay conversaciones en curso”, dijo a los periodistas.
Sus declaraciones se produjeron mientras altos funcionarios estadounidenses se encontraban en el país insular para buscar formas de ayudar a la nación con la crisis económica sin precedentes. El gobierno de Joe Biden ha anunciado en las últimas dos semanas millones de dólares en asistencia, mientras que el Banco Mundial ha prometido entre 300 y 600 millones de dólares para comprar medicamentos y artículos de primera necesidad.
India había ampliado una línea de crédito de 4.000 millones de dólares para la nación en apuros.
Información adicional de las agencias
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