Cientos de manifestantes continuaron coreando eslóganes contra el gobierno de Sri Lanka el martes, desafiando el toque de queda en todo el país, un día después de los violentos enfrentamientos en la nación isleña afectada por la crisis.
Los manifestantes incendiaron viviendas y negocios de legisladores del partido gobernante y de políticos regionales. Siete personas murieron en los disturbios y más de 200 resultaron heridas, según la policía local.
Los violentos enfrentamientos provocaron la dimisión del primer ministro Mahinda Rajapaksa, a quien se culpa, junto con su hermano, el presidente, de haber sumido al país en su peor crisis económica en décadas.
Las importaciones de todo tipo de productos, desde la leche hasta el combustible, han disminuido, lo que ha provocado una grave escasez de alimentos y cortes de electricidad. La gente ha hecho cola durante horas para comprar productos básicos.
Los médicos han advertido de la escasez de medicamentos que salvan vidas en los hospitales, y el gobierno ha suspendido los pagos de 7.000 millones de dólares de deuda externa que vencen sólo este año.
Los manifestantes se agolparon el martes en la entrada de la oficina del presidente Gotabaya Rajapaksa en la capital, Colombo, por trigésimo segundo día para exigir que siga los pasos de su hermano y renuncie.
El lugar frente a la oficina de Rajapaksa ha visto multitudes durante semanas que se redujeron a unos pocos cientos debido a un estricto toque de queda.
Un decreto gubernamental emitido el lunes por la noche confirmó la dimisión de Mahinda Rajapaksa, el primer ministro.
Su dimisión se produjo después de que estallara la violencia frente a las oficinas de Rajapaksas cuando sus partidarios atacaron a los manifestantes con palos de madera y hierro. Las autoridades desplegaron rápidamente tropas armadas en muchas partes del país e impusieron un toque de queda hasta el miércoles.
La nación insular del sur de Asia lleva más de un mes sumida en protestas que se han extendido desde la capital hasta el campo. Ha atraído a personas de todas las etnias, religiones y clases sociales e incluso ha visto una marcada revuelta de algunos partidarios de Rajapaksa, muchos de los cuales han pasado semanas pidiendo la renuncia de los dos hermanos.
La presión sobre el presidente Rajapaksa para que renuncie aumenta tras la dimisión de su hermano, según los analistas, y se produce en medio del declive económico del país.
El Sr. Rajapaksa dijo inicialmente que la crisis no había sido creada por él, culpando a factores globales como la pandemia que golpea su industria turística y el conflicto entre Rusia y Ucrania que empuja los precios globales del petróleo.
Pero, incapaces de escapar a la ira de la opinión pública, tanto él como su hermano han admitido desde entonces que cometieron errores que agravaron la crisis, incluso admitiendo que deberían haber solicitado antes el rescate del Fondo Monetario Internacional.
En marzo, después de que los ciudadanos sufrieran una escasez crítica de combustible, gas de cocina y medicamentos durante meses, el presidente recurrió al FMI.
Se están celebrando conversaciones para establecer un plan de rescate, cuyo progreso depende de las negociaciones sobre la reestructuración de la deuda con los acreedores. Pero cualquier plan a largo plazo tardaría al menos seis meses en ponerse en marcha.
Información adicional de las agencias
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