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El ministro de Defensa sueco, Peter Hultqvistis, declaró el lunes que su país enviará diplomáticos a Turquía para responder a la aprensión de Ankara sobre las ambiciones de Estocolmo en la OTAN.
Impulsada por la invasión no provocada de Rusia en Ucrania el 24 de febrero, la nación nórdica abandonó el domingo su postura neutral de 73 años con la esperanza de una rápida adhesión a la OTAN. La decisión siguió a la de Finlandia, que confirmó su candidatura a formar parte de la alianza de 30 miembros liderada por Estados Unidos.
Sin embargo, Turquía, que es miembro del pacto militar desde hace 70 años, dijo que no vería las solicitudes con “buenos ojos”, y el presidente Recep Tayyip Erdogan calificó a los países escandinavos de “casa de huéspedes de organizaciones terroristas”.
“Incluso son miembros del parlamento en algunos países. No es posible que estemos a favor”, añadió.
Citando un “error” cometido por antiguos dirigentes turcos que permitieron la entrada de Grecia en la alianza en 1952, Erdogan dijo el viernes: “Nosotros, como Turquía, no queremos cometer un segundo error en esta cuestión”.
Turquía busca la repatriación de 33 personas en Finlandia y Suecia con supuestos vínculos con militantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) o con el clérigo musulmán Fethullan Gulen, a quien Erdogan acusa de orquestar un intento de golpe de Estado en 2016. También ha planteado demandas para que los países nórdicos, que tienen una fuerte población de inmigrantes turcos, dejen de apoyar a los grupos militantes kurdos y levanten las prohibiciones de venta de algunas armas a Turquía.
“Enviaremos a un grupo de diplomáticos para que mantengan conversaciones y un diálogo con Turquía para ver cómo se puede resolver y de qué se trata realmente”, dijo Hultqvist a la emisora pública SVT.
Cualquier país que desee unirse a la alianza militar debe contar con la aprobación de todos los miembros y sus parlamentos.
Tras las declaraciones de Erdogan, EE.UU. dijo el viernes que confiaba en que Turquía no frenaría la adhesión de las dos naciones nórdicas.
“Turquía es un valioso aliado de la OTAN, eso no ha cambiado. Se ha implicado y ha ayudado a tratar de entablar un diálogo entre Rusia y Ucrania, y ha prestado asistencia a este país. Así que nada cambia en cuanto a su posición en la alianza de la OTAN”, dijo el portavoz del Pentágono, John Kirby, citado por AFP.
Ibrahim Kalin, portavoz del presidente Erdogan, dijo el sábado que Turquía no ha “cerrado la puerta” a que Suecia y Finlandia se unan a la OTAN, pero quiere que las naciones nórdicas tomen medidas contra lo que considera actividades terroristas.
“Lo que hay que hacer está claro: tienen que dejar de permitir que el PKK [Kurdistan Workers’ Party] puntos de venta, actividades, organizaciones, individuos y otros tipos de presencia que… existan en esos países”, añadió.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró el domingo: “Podremos abordar las preocupaciones que Turquía ha expresado de una manera que no retrase la adhesión”.
Rusia amenazó el lunes a los países nórdicos diciendo que su intento de adhesión a la alianza militar tendría consecuencias de gran alcance.
“El hecho de que la seguridad de Suecia y Finlandia no se verá reforzada como resultado de esta decisión está muy claro para nosotros. No deben hacerse ilusiones de que simplemente lo vamos a tolerar”, dijo el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Ryabkov.
“El nivel general de tensión militar aumentará, y la previsibilidad en este ámbito disminuirá. Es una pena que se sacrifique el sentido común a una disposición fantasma sobre lo que debe hacerse en esta situación que se está desarrollando”, añadió.
El parlamento sueco celebrará un debate sobre la solicitud del país el lunes, y el gobierno tomará una decisión formal a lo largo del día.
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