Texas ha ejecutado a su preso más antiguo del corredor de la muerte mediante una inyección letal.
Carl Wayne Buntion, de 78 años, fue ejecutado poco antes de las 18.40 horas del jueves, según el Departamento de Justicia Penal de Texas.
Buntion, el primer recluso ejecutado en el estado este año, fue puesto en el corredor de la muerte tras ser condenado por disparar mortalmente a un agente de policía de Houston en moto, James Irby, de 37 años, tras un control de tráfico en 1990.
Durante la parada mortal, Buntion disparó al veterano policía de 19 años en la cabeza y le disparó dos veces más en la espalda una vez que cayó al suelo.
Según los documentos estatales, Buntion fue finalmente capturado dentro de un almacén cercano después de disparar a otras tres personas, incluidos dos testigos, mientras huía a pie.
La ejecución fue notable por ser la primera en la que se permitió que el asesor espiritual de un recluso estuviera presente y tocara y rezara durante la ejecución.
Mientras tanto, Melissa Lucio, una madre de Texas condenada por matar a su hijo de dos años, sigue luchando para que se suspenda su ejecución.
Ella y sus partidarios afirman que su confesión fue coaccionada por los investigadores. La confesión fue el argumento principal del fiscal durante su juicio por asesinato.
Las pruebas, muchas de las cuales no se escucharon en el juicio, sugieren que la muerte de su hijo fue causada por una caída accidental, y no el resultado de las acciones de Lucio.
La ejecución de Lucio está prevista para el 27 de abril, pero sus partidarios piden que se suspenda y que se revisen las pruebas que la llevaron a la cárcel.
Entre esos partidarios se encuentra Kim Kardashian -que ha defendido a otros condenados a muerte con pruebas dudosas-, así como cientos de grupos religiosos y organizaciones de defensa de la mujer y la violencia doméstica.
Cinco de los miembros del jurado que condenaron inicialmente a Lucio también han pedido un indulto tras revisar las pruebas que no se presentaron en el tribunal.
En el momento de su interrogatorio, los hijos de Lucio dijeron a los investigadores que nunca había sido abusiva o violenta de ninguna manera. También dijeron a los investigadores que habían visto a su hermana -la niña de dos años que murió- actuar apática y dormir durante largas horas antes de su muerte. Esos síntomas son consistentes con una lesión cerebral causada por una caída.
La niña, Mariah, también tenía un historial médico de dificultad para caminar y había sufrido caídas en el pasado.
Mariah murió tras caer por las escaleras. Lucio llamó al 911, pero los paramédicos no pudieron salvar a la niña después de que dejara de respirar.
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