El director ejecutivo de una de las empresas de software y medios de comunicación más conocidas de Pakistán, Axact, fue detenido y puesto en prisión preventiva acusado de vender títulos de universidades ficticias con nombres que pretendían evocar algunas de las principales instituciones académicas de Estados Unidos, como “Columbiana” y “Barkley”.
Tras una investigación desencadenada por un reportaje publicado a principios de este mes en el New York Times sobre el supuesto negocio de venta de diplomas de Axact, la policía acusó al director general, Shoaib Ahmed Shaikh, y al menos a otros seis ejecutivos de delitos que van desde el fraude, la falsificación y las transferencias electrónicas ilegales hasta el blanqueo de dinero.
Dado que, al parecer, los clientes de las credenciales falsas procedían de varios países, entre ellos Estados Unidos, Pakistán había solicitado la ayuda del FBI y de Interpol en el caso. Además, la mayoría de los centros de aprendizaje de fantasía estaban supuestamente en Estados Unidos. También se utilizaron buzones y cuentas bancarias estadounidenses. Las autoridades alegan que la red generaba millones de dólares anuales para Axact.
Las detenciones se produjeron cuando el Sr. Shaikh condujo a la policía a una habitación de unas instalaciones de la empresa en Karachi, aparentemente llena de algunos de los diplomas falsos, así como de tarjetas de identidad de estudiantes falsificadas y otra parafernalia relacionada con el plan.
“Allí había cientos de miles de documentos”, declaró Shahid Hayat, jefe de la Agencia Federal de Investigación local. “Tenemos pruebas suficientes para proceder: tenemos pruebas forenses”. Tras una breve comparecencia ante el tribunal ayer, se ordenó la detención del Sr. Shaikh durante siete días mientras prosigue la investigación.
El escándalo ha estallado en un momento muy inoportuno para Axact, que estaba a punto de lanzar una nueva red de radiodifusión en Pakistán. Con la marca Bol, había atraído a algunos de los mejores periodistas del país. Ahora, tras las revelaciones sobre la fábrica de diplomas, muchos han salido corriendo.
Los investigadores han descrito una elaborada operación que incluía la contratación de actores para hacerse pasar por profesores y estudiantes en vídeos promocionales de universidades inexistentes que también tenían nombres como Cambell State, Oxdell, Bay View y Nixon.
Según el informe original del New York Times, se había engañado a clientes de lugares tan distantes como Gran Bretaña, Estados Unidos y los Emiratos Árabes Unidos para que pagaran entre miles y cientos de miles de dólares por títulos.
Mientras tanto, los empleados de Axact habrían colocado historias sobre las universidades en sitios de noticias generados por ciudadanos para reforzar la ilusión de que realmente existían.
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