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Continúa la persecución por el sur de California mientras la policía busca a un pistolero solitario que podría ser el responsable de hasta seis robos a mano armada en varios 7-Eleven en los que murieron dos personas y tres resultaron heridas.
El sospechoso desencadenó la ola de violencia de cinco horas en la madrugada del 11 de julio, el mismo día en que la empresa de tiendas de conveniencia celebraba su 95º aniversario.
Los ataques obligaron a la empresa matriz de la marca a instar a las tiendas del área de Los Ángeles a cerrar el lunes por la noche, tras los ataques anteriores en las ciudades de Ontario, Upland, Riverside, Santa Ana, Brea y La Habra.
Las autoridades dicen que Matthew Rule, de 24 años, fue asesinado en el ataque de Santa Ana, y Matthew Hirsch, de 40 años, murió en Brea.
Los investigadores de La Habra, Brea y Santa Ana dicen que creen que están buscando al mismo sospechoso, mientras que los funcionarios de Ontario, Upland y Riverside no han conectado oficialmente sus ataques.
Todavía no está claro cuál fue el catalizador de la violencia.
“Creo que la única persona que puede responder a eso sería el sospechoso”, dijo el oficial Ryan Railsback, portavoz del Departamento de Policía de Riverside a Associated Press.
El oficial Railsback dijo a la AP que los investigadores creían que la fecha de los ataques no era una coincidencia.
“No hay manera de que sea una coincidencia que sea el 7-Eleven, el 11 de julio”, dijo.
La policía de Brea y Upland ha publicado una imagen de vigilancia de un hombre enmascarado que lleva lo que parece ser la misma sudadera negra, con la capucha puesta sobre la cabeza.
“Podría ser potencialmente la misma persona, pero no lo estamos confirmando en este momento”, dijo el sargento de Upland Jake Kirk a Associated Press.
Las autoridades dicen que el primer robo tuvo lugar alrededor de las 12 de la mañana del lunes en Ontario, California, a unos treinta minutos al este de Los Ángeles.
Un hombre enmascarado blandió una pistola y exigió dinero al dependiente, que no resultó herido, y no hubo disparos.
El segundo robo tuvo lugar unos 45 minutos más tarde en Upland, que está a ocho kilómetros de Ontario. El pistolero volvió a blandir un arma y robó bebidas y hasta 500 dólares en efectivo, pero de nuevo no se produjeron disparos ni hubo heridos.
Una hora más tarde, un hombre armado en Riverside, que está a 25 millas de Upland, sacó un arma y robó la tienda antes de disparar a un cliente. Ese cliente sigue en estado grave.
“No parece haber ninguna razón por la que el sospechoso haya disparado al cliente”, dijo el oficial Railsback al medio. “Parece que el dependiente le dio lo que le pidió”.
Alrededor de las 3.20 de la madrugada se produjo un tiroteo en Santa Ana, a unos 24 kilómetros de distancia, y cuando la policía llegó al lugar de los hechos encontró a una víctima muerta por una herida de bala mortal en el torso en el aparcamiento exterior de la tienda.
Después, 40 minutos más tarde, un hombre armado mató a tiros a un dependiente en una tienda de Brea, según la policía.
Una hora después, la policía de La Habra respondió a un robo en una tienda en la que dos víctimas recibieron disparos, pero ambas estaban en condición estable.
Menos de una hora después de que Matthew Hirsch recibiera un disparo, los agentes de la vecina La Habra fueron enviados a una denuncia de robo en un 7-Eleven. Descubrieron a dos víctimas de disparos alrededor de las 4:55 de la mañana, según el sargento Sumner Bohee. Ambos estaban en condición estable el lunes.
En una declaración dada a varios medios de comunicación, 7-Eleven Inc. dijo que estaba trabajando con la policía a raíz de los disparos.
“Nuestros corazones están con las víctimas y sus seres queridos”, dijo la compañía.
“En este momento, nuestra atención se centra en la seguridad de los franquiciados, los asociados y los clientes. Con eso en mente, hemos animado a las tiendas del área de Los Ángeles a cerrar (el lunes por la noche).”
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