Semanas después de pagar a un respetado abogado defensor de Florida un anticipo de 3 millones de dólares para que le representara en las negociaciones con el Departamento de Justicia tras el registro de su casa el 8 de agosto, el expresidente Donald Trump habría ignorado los consejos del letrado en favor de tácticas mucho más combativas pero que le exponen a un mayor riesgo legal.
Según The Washington Post, El señor Trump ha dejado de lado en gran medida al ex procurador general de Florida, Chris Kise, porque el veterano litigante le ha aconsejado “bajar la temperatura” con el Departamento de Justicia.
Citando fuentes familiarizadas con las deliberaciones internas del equipo legal del señor Trump, el Post informa que el Sr. Kise se ha encontrado “en una batalla” con otros en la órbita del ex presidente que han “aconsejado una postura más agresiva” hacia la investigación criminal sobre si el Sr. Trump violó alguna ley cuando acaparó más de 11.000 documentos propiedad del gobierno en su club Mar-a-Lago, incluyendo más de 100 que llevan marcas de clasificación.
Notablemente, el nombre del Sr. Kise no apareció al final de una presentación judicial del miércoles del equipo del ex presidente que atacó los motivos del Departamento de Justicia y cuestionó si las afirmaciones de los fiscales podían ser confiables.
Fuentes cercanas al señor Trump dijeron al Post que el Sr. Kise sigue en el equipo del ex presidente pero es probable que tenga “un papel menos público” en el asunto de los documentos de Mar-a-Lago porque el Sr. Trump “parece… estar haciendo caso a los consejos de quienes han consentido su deseo de luchar”.
La decisión del Sr. Trump de mantener sus impulsos más combativos podría traerle aún más peligro a medida que avanza la investigación sobre su conducta.
Al menos dos de sus abogados, Christina Bobb y Evan Corcoran, se han mostrado dispuestos a hablar con los investigadores o se les ha aconsejado que contraten a sus propios abogados porque participaron en la presentación de lo que parece haber sido una declaración jurada falsa en la que certificaban que el señor Trump había devuelto al gobierno todos los documentos con marcas de clasificación.
Otro de sus abogados, Boris Epshteyn, declaró esta semana en la investigación del condado de Fulton (Georgia) sobre el intento del señor Trump de anular los resultados de las elecciones de 2020 en el Estado del melocotón.
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