La exembajadora de la ONU Nikki Haley fue rechazada para el papel de secretaria de Estado de EEUU durante la administración Trump por un “problema de complexión”, según afirma un nuevo libro.
En el libro de The New Yorkerde Susan Glasser y The New York Times Peter Baker, The DividerEl informe de la pareja dice que las personas cercanas al ex presidente describieron a Donald Trump discutiendo la posibilidad de seleccionar a la Sra. Haley para varias funciones importantes en su administración, incluyendo potencialmente su vicepresidencia.
Pero en una de las conversaciones sobre la posibilidad de nominarla como secretaria de Estado, el Sr. Trump habría hecho comentarios negativos sobre el aspecto físico de la Sra. Haley, aparentemente refiriéndose a que el rostro de la ex gobernadora y embajadora aparecía sonrosado en un puñado de sus numerosas apariciones en los medios de comunicación.
Según el libro, el Sr. Trump le dijo al entonces jefe de personal John Kelly que “la verdadera razón [she was not selected] eran las manchas en sus mejillas”.
“Ella no es buena para mí. Tiene ese problema de cutis”, dijo supuestamente el Sr. Trump, añadiendo: “No se ve bien”.
Los comentarios son sólo uno de los muchos casos en los que el ex presidente ha sido acusado o se le ha escuchado abiertamente hacer comentarios despectivos sobre las mujeres basándose en su apariencia. El historial de comentarios de este tipo del señor Trump se remonta a mucho antes de ser elegido presidente en 2016, cuando se publicó la infame cinta “Access Hollywood”.
La Sra. Haley sería la embajadora del Sr. Trump en las Naciones Unidas desde enero de 2017 hasta diciembre de 2018. Ha roto con su antiguo jefe en una serie de cuestiones, sobre todo el 6 de enero, aunque no ha ido tan lejos como algunos conservadores de su ala del partido, como el ex presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan, y ha respaldado a los republicanos que apoyaron la destitución del presidente. Sin embargo, ha respaldado a quienes criticaron al señor Trump tras el ataque al Congreso.
En las últimas semanas, la ex gobernadora y embajadora ha estado en Georgia, haciendo campaña por el candidato al Senado Herschel Walker, mientras se asegura de que su propio perfil nacional siga siendo relevante. La conservadora de 50 años se considera una probable aspirante a la candidatura presidencial del Partido Republicano en 2024, sobre todo si Donald Trump decide no lanzar una tercera candidatura a la presidencia.
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