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Ucrania se encuentra en un “difícil punto de inflexión”, ha dicho el presidente Volodmyr Zelensky al pedir ayuda a los aliados occidentales después de que Rusia siguiera bombardeando Kiev y el norte de Chernihiv a pesar de haberse comprometido a reducir las operaciones militares en las ciudades.
“Si realmente estamos luchando juntos por la libertad y en defensa de la democracia, entonces tenemos derecho a exigir ayuda en este difícil momento”, dijo Zelensky en un llamamiento directo a Estados Unidos durante su discurso nocturno en vídeo, mientras la invasión rusa entraba en su sexta semana.
Pidió más apoyo en forma de tanques, aviones y sistemas de artillería, y dijo a los ucranianos y al resto del mundo que “la libertad no debe armarse peor que la tiranía”.
Más tarde, el Sr. Zelensky se dirigió a los diputados australianos a través de un enlace de vídeo en su parlamento en Canberra, advirtiendo que otras naciones se envalentonarían para declarar la guerra a sus vecinos si no se detenía a Vladimir Putin.
Los comentarios se producen en medio de las crecientes tensiones en la región de Asia-Pacífico, donde se acusa a China de militarizar islas artificiales en el disputado Mar de China Meridional y Corea del Norte ha iniciado recientemente una nueva ronda de pruebas de misiles.
“Todo lo que está ocurriendo en nuestra región… se ha convertido en una amenaza real para su país y también para su gente”, dijo.
“Pero lo más terrible: si no detenemos a Rusia ahora, si no hacemos responsable a Rusia, algunos otros países del mundo que están deseando una guerra similar contra sus vecinos decidirán que tales cosas son posibles para ellos también”.
Los bombardeos rusos en los alrededores de Kiev y Chernihiv se han intensificado a pesar de que el Kremlin anunció a principios de esta semana, tras las conversaciones de paz en Turquía, que la ofensiva militar en esas zonas se reduciría “drásticamente” para facilitar un mayor diálogo.
Rusia ha dicho que ahora se está centrando en “liberar” la región oriental de Donbás, mientras que en el sur del país, Moscú afirma que está comprometido con un alto el fuego local a lo largo de la ruta desde Mariupol hasta la ciudad de Zaporizhzhia, controlada por Ucrania.
En el frente diplomático, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que estaría dispuesto a reunirse con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba, pero que cualquier conversación entre ellos tendría que ser sustantiva.
A pesar de los continuos ataques, y de las advertencias del Sr. Zelesnky de que no se puede confiar en el gobierno ruso, las conversaciones se iban a reanudar el viernes por vídeo, según el jefe de la delegación ucraniana, David Arakhamia.
El Sr. Zelensky describió las negociaciones con Rusia como “palabras sin concretar”, pero dijo que continuarían por ahora.
A primera hora de la mañana del jueves, el presidente ucraniano, que ha dado prioridad a una solución diplomática a la guerra, acusó a Rusia de “chantajear a otros países con sus misiles nucleares”.
Al comentar la supuesta retirada de las fuerzas rusas de Kiev y Chernihiv, Zelensky añadió: “Sabemos que no se trata de una retirada, sino de las consecuencias de su expulsión. Pero también estamos viendo que Rusia está concentrando ahora sus fuerzas para nuevos ataques en Donbás y nos estamos preparando para ello.”
También dijo que había retirado a los embajadores de Ucrania en Georgia y Marruecos, sugiriendo que no habían hecho lo suficiente para persuadir a esos países a apoyar a Ucrania y castigar a Rusia por la invasión.
“Con el debido respeto, si no hay armas, no hay sanciones, no hay restricciones para los negocios rusos, entonces por favor busquen otro trabajo”, dijo el Sr. Zelensky.
“Espero resultados concretos en los próximos días del trabajo de nuestros representantes en América Latina, Oriente Medio, el Sudeste Asiático y África”.
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