Nuevas imágenes de satélite revelan que un convoy de vehículos militares rusos que se dirige a la capital ucraniana es aún más largo de lo que se pensaba.
La columna de material militar tiene más de 40 millas de largo, más del doble de las estimaciones originales de que abarcaba 17 millas, según la empresa de imágenes por satélite Maxar Technologies.
El convoy fue fotografiado el lunes acercándose al aeropuerto de Antonov, en las afueras de Kiev, que seguía bajo el control del gobierno tras varios días de asalto ruso.
Cientos de vehículos blindados, tanques, artillería remolcada y vehículos de apoyo logístico avanzaban en línea hacia el sur, en dirección a la capital.
Kiev sufrió un nuevo bombardeo el lunes, con ataques de misiles rusos que destruyeron un importante complejo de radares militares, mientras se celebraban infructuosas conversaciones de alto el fuego entre el gobierno ucraniano y Moscú en la frontera bielorrusa.
La segunda ciudad de Ucrania, Kharkiv, también fue objeto de un intenso fuego y las autoridades ucranianas dijeron que posiblemente decenas de personas habían muerto, incluidos niños.
Altos funcionarios occidentales confirmaron el lunes que se habían visto lanzadores de cohetes termobáricos cerca de las principales ciudades, tras las advertencias de que las bombas de vacío podrían desplegarse para causar víctimas civiles en masa.
El embajador ucraniano en Estados Unidos afirmó que Rusia llevó a cabo un ataque termobárico el lunes. No dijo dónde.
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El presidente Volodymyr Zelensky pidió a Occidente que considere una zona de exclusión aérea para los aviones rusos sobre Ucrania tras el asalto a Kharkiv.
El Sr. Zelensky dijo que el aumento de los bombardeos tenía como objetivo forzarle a hacer concesiones. No ofreció detalles sobre las conversaciones de varias horas con Rusia, pero dijo que Kiev no estaba dispuesta a ofrecer nada “cuando una de las partes se golpea con artillería de cohetes”.
En medio de una condena internacional cada vez mayor, Rusia se encontró cada vez más aislada a los cinco días de su invasión, al tiempo que se enfrentaba a una inesperada y feroz resistencia sobre el terreno en Ucrania y a los estragos económicos en su país.
Durante el fin de semana, el Kremlin agitó el espectro de la guerra nuclear, anunciando que sus misiles balísticos intercontinentales, submarinos y bombarderos de largo alcance con capacidad nuclear habían sido puestos en alerta máxima.
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