Ucrania ha expresado su descontento por la decisión del Vaticano de hacer que una mujer ucraniana camine junto a un ruso que lleva la cruz juntos durante una procesión de Viernes Santo presidida por el Papa.
El reverendo Antonio Spadaro, estrecho colaborador del papa Francisco, ha defendido la decisión, declarando a la emisora estatal italiana Rai que el papa es “un pastor, no un político”.
Añadió que la imagen de las dos mujeres llevando la cruz juntas durante la procesión era molesta “porque representan algo que no se puede obtener” en Ucrania ahora mismo: “la paz”.
Anteriormente, dirigentes ucranianos, entre ellos el embajador del país ante la Santa Sede y el arzobispo de Kiev, habían criticado la decisión, exigiendo que se reconsiderara en medio de la continua agresión de Rusia contra Ucrania.
La procesión anual del “Vía Crucis” del Viernes Santo consiste en las 14 estaciones del vía crucis, etapas entre la condena a muerte de Jesús y su entierro.
La procesión se personaliza para que los que llevan la cruz de una estación a otra reflejen los acontecimientos mundiales. Las mujeres, que trabajan juntas como enfermeras en un hospital de Roma, llevarán la cruz en la 13ª estación, que conmemora la bajada de Jesús de la cruz tras su muerte.
“Considero tal idea inoportuna, ambigua y que no tiene en cuenta el contexto de la agresión militar de Rusia contra Ucrania”, dijo el arzobispo mayor Sviatoslav Shevchuk, jefe de la Iglesia católica de rito bizantino de Ucrania.
El arzobispo también criticó la redacción de una meditación que habla de la reconciliación y la reconstrucción tras los bombardeos y que se leerá en voz alta mientras las dos enfermeras se agarran a la cruz.
“Queremos que nuestra vida vuelva a ser como antes. ¿Por qué todo esto? ¿Qué mal hemos hecho? ¿Por qué nos habéis abandonado? ¿Por qué has abandonado a nuestros pueblos?”, se lee.
Criticando el texto como “incoherente e incluso ofensivo, especialmente en el contexto del esperado segundo ataque, aún más sangriento, de las tropas rusas contra nuestras ciudades y pueblos”, el arzobispo pidió al Vaticano que revisara su decisión.
También recibió el apoyo del embajador de Ucrania en el Vaticano, Andrii Yurash, que compartió la preocupación por el plan de la procesión, añadiendo que estaban trabajando con el Vaticano para “intentar explicar las dificultades de su realización y las posibles consecuencias”.
Por otra parte, al ser entrevistados anteriormente por la televisión estatal italiana, los enfermeros que participaron en la procesión expresaron su satisfacción por su papel y destacaron su amistad.
El Papa no mencionó la polémica el miércoles durante su discurso público, ya que denunció “la agresión armada de estos días” como “un ultraje a Dios”.
También presionó para que se observe un alto el fuego en Ucrania este Domingo de Pascua.
Comments