Una delegación de las Naciones Unidas ha llegado a China antes de la visita de Michelle Bachelet a Xinjiang, prevista para el próximo mes.
El equipo se encuentra actualmente en cuarentena en Guangzhou antes de dirigirse a la provincia de Xinjiang, según el South China Morning Post.
La Sra. Bachelet ha estado negociando con el gobierno chino desde 2018 para permitir que el organismo de derechos humanos de la ONU tenga un “acceso significativo y sin restricciones” a Xinjiang y para entrevistar a personas de la sociedad civil en China sin ningún tipo de supervisión gubernamental.
El mes pasado, la Sra. Bachelet anunció que había llegado a un acuerdo con el gobierno chino y que visitaría el país en mayo.
Será la primera jefa de derechos de la ONU que visite China desde 2005.
Se acusa a China de llevar a cabo el internamiento masivo, la tortura y la persecución de los musulmanes uigures en la región de Xinjiang. Al parecer, millones de uigures, kazajos y otros grupos étnicos predominantemente musulmanes que viven en Xinjiang están sometidos a una campaña de subyugación y asimilación forzosa, obligados a abandonar sus tradiciones religiosas, prácticas culturales y lenguas locales.
La ONU ha manifestado anteriormente su preocupación por los informes según los cuales, para lograr el adoctrinamiento político y la asimilación cultural forzada, China ha emprendido una campaña de detenciones masivas arbitrarias en Xinjiang. En los últimos años, China ha sido acusada en repetidas ocasiones de perseguir a los uigures en particular, tanto dentro como fuera del país.
Sin embargo, Pekín ha negado sistemáticamente las acusaciones. Tras negar inicialmente la existencia de sus campos de internamiento en Xinjiang, ahora dice que son centros de formación profesional voluntaria, y que ésta y otras políticas en la región están diseñadas para contrarrestar las operaciones terroristas.
Al confirmar la llegada de la delegación inicial de la ONU, la portavoz Liz Throssell dijo: “El equipo de cinco miembros estaba allí por invitación del [Chinese] gobierno”.
Tanto la delegación como el comisionado de derechos humanos de la ONU “irán o tienen previsto ir a Xinjiang, y obviamente visitarán Pekín y otros lugares”, añadió.
La Sra. Bachelet había dicho en el momento de anunciar el acuerdo que estaba “encantada” de visitar Pekín.
Sin embargo, dadas las estrictas restricciones de Covid en China, muchos dudan de que Bachelet y su equipo puedan moverse libremente por el país.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Wang Wenbin, también confirmó que el equipo de la ONU ha llegado a China y se encuentra actualmente aislado.
Dijo: “Lo que quiero decirles es que el propósito de la visita del alto comisionado para los derechos humanos es promover los intercambios y la cooperación entre las dos partes. Siempre nos hemos opuesto a la utilización de este asunto para la manipulación política.”
Sophie Richardson, directora para China de Human Rights Watch, ha dicho que “el gobierno chino no ha dado ninguna indicación de que se permita a la alta comisionada de la ONU ver nada que no quieran que vea”.
Añadió que la Sra. Bachelet “no debería fallar a las víctimas de crímenes contra la humanidad y otros graves abusos permitiendo que las autoridades chinas manipulen su visita”.
“Sin una agenda ambiciosa y sólida para hacer avanzar los derechos humanos en China, la visita de Bachelet corre el riesgo de empoderar a los abusadores, no a sus víctimas”, dijo Richardson. “La Alta Comisionada Bachelet debería dejar un legado como alguien que se enfrentó a Pekín, no como alguien que defraudó a los que sufren bajo ella”.
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