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Un hombre murió tras caer más de 60 metros en el Gran Cañón, según informaron las autoridades.
El hombre, que no ha sido identificado, se encontraba de visita en el North Rim del Parque Nacional del Gran Cañón, en Arizona, cuando al parecer se cayó en un lugar al oeste del Bright Angel Point Trail.
Según WoodTV8el Centro Regional de Comunicaciones del Gran Cañón fue notificado de que un visitante había caído desde el borde al cañón y envió a los guardabosques al lugar.
Los guardas forestales buscaron en la zona y encontraron el cuerpo del hombre de 44 años a 60 metros por debajo del borde del cañón. Los guardabosques dijeron que el hombre había abandonado el sendero y se había caído accidentalmente cerca de la cornisa.
El Servicio de Parques Nacionales y la Oficina del Médico Forense del Condado de Coconino están investigando la muerte del hombre.
Los guardabosques recomiendan a los visitantes que se mantengan seguros permaneciendo en los senderos y caminos marcados y que nunca se acerquen al borde de un acantilado o del borde de un cañón.
Aunque los Parques Nacionales albergan algunas de las características naturales más impresionantes del país, también siguen siendo en gran medida espacios salvajes, y los visitantes que se desvían de los espacios turísticos establecidos -como los senderos y las zonas de acampada- pueden y han provocado la muerte de personas.
Este año ya han muerto dos mujeres en el Parque Nacional del Gran Cañón; una de ellas fue arrastrada por las corrientes al río Colorado, y otra murió por causas actualmente desconocidas, posiblemente relacionadas con el calor.
Aunque las muertes en los parques nacionales no son frecuentes, son lo suficientemente abundantes como para que exista un minigénero literario de libros que catalogan y cuentan las historias de personas que murieron durante sus visitas.
Death in Yellowstone es uno de los libros más conocidos que documentan las muertes en los parques. A principios de este año se encontró un pie flotando en una de las piscinas termales de los parques, y un hombre de 23 años murió en 2016 tras caer en un géiser después de abandonar ilegalmente un sendero.
Todo esto quiere decir que los visitantes de los parques nacionales deben permanecer en el sendero para protegerse mejor a sí mismos y a los ecosistemas, a menudo frágiles, que están visitando.
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