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El ex presidente de la Cámara de los Comunes del Reino Unido, John Bercow, es un “matón en serie” que no debería volver a recibir un pase de acceso al Parlamento, según concluyó el martes un grupo de expertos.
El grupo de expertos independientes confirmó las conclusiones anteriores de la Comisaria Parlamentaria de Normas, Kathryn Stone, de que Bercow había intimidado a miembros de su personal. El grupo dijo que nunca se le debería haber concedido un pase parlamentario, que da acceso al edificio a los legisladores, al personal y a los periodistas, y que si todavía fuera miembro del Parlamento habría sido expulsado.
Bercow se convirtió en una celebridad internacional durante las cruentas disputas políticas británicas sobre el Brexit, ya que supervisó los debates díscolos con gritos de “¡O-derrrr!”
Bercow, el 157º presidente de la Cámara de los Comunes, transformó esta función centenaria, cuyos poderes incluyen la gestión de los asuntos de los Comunes, la supervisión de las votaciones y la resolución de cuestiones de procedimiento parlamentario. Su interpretación activista de la función y sus medidas para permitir a los legisladores desafiar las decisiones del gobierno le convirtieron en un héroe para los opositores a la salida de la Unión Europea, en un villano para los defensores del Brexit y en una espina para el gobierno conservador.
También enfureció a algunos en la derecha política al decir en 2017 que no se debería permitir al presidente Donald Trump dirigirse al Parlamento, un honor que se le concedió a algunos de sus predecesores.
Bercow dejó su cargo en 2019 tras una década como presidente del Parlamento.
En su informe, el panel dijo que “corresponde a los historiadores juzgar si el entrevistado fue un exitoso presidente reformista de la Cámara de los Comunes.”
Pero dijo que era “un matón en serie” cuyo comportamiento “era tan grave que, si todavía hubiera sido miembro del Parlamento, habríamos determinado que debía ser expulsado por resolución de la Cámara.”
El panel confirmó 21 acusaciones contra Bercow por parte de tres miembros actuales y anteriores del personal de los Comunes. Dijo que el comportamiento de Bercow, que incluía menospreciar al personal, lenguaje abusivo y en un caso lanzar un teléfono móvil, “no tenía lugar en ningún lugar de trabajo.”
Bercow condenó las conclusiones como una “parodia de la justicia” y dijo que había sido objeto de una “venganza”.
“Este ha sido un proceso prolongado, amateur e injusto que no habría sobrevivido a cinco minutos de escrutinio en un tribunal”, dijo Bercow. “Describir lo que he vivido como un tribunal canguro es groseramente insultante para los canguros”.
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