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Un niño británico de ocho años fue atacado por tres tiburones mientras estaba de vacaciones en las Bahamas en un ataque que “fue como una escena de Tiburón”.
Finley Downer, de Kettering, Northamptonshire, tuvo que ser sacado del agua por su hermana Lilly y trasladado al hospital con profundos cortes en las piernas.
Su familia había estado en un paquete turístico de cinco islas, que incluía un baño guiado con iguanas, cerdos y tiburones nodriza en Compass Cay.
Su padre Michael, de 44 años, dijo The Sun: “Mi hijo podría haber muerto. Fue como una escena de Tiburón”. Dijo que él y su familia habían visto tiburones nadando entre una multitud de personas en una laguna.
Sus hijos, Finley, de 8 años, Lily, de 9, y Emily, de 12, decidieron meterse y jugar con los animales, sin saber que los tiburones nodriza estaban siendo alimentados en ese momento.
El Sr. Downer continuó: “De repente oí un grito aterrorizado y vi docenas de ellos rodeando a Finley. Había mucha sangre. Le colgaban trozos de pierna. No paraba de decir: ‘Papá, no quiero morir. Papá, no quiero ir al cielo'”.
El operador turístico, Exuma Escapes, dijo que la familia se había ido sin guía y había visitado una laguna que no estaba en el tour.
Finley fue sacado del agua por su hermana y llevado a una clínica médica cercana en un carrito de golf. Su padre tuvo entonces que pagar un vuelo de 2.000 libras a Nassau para que su hijo pudiera viajar a un hospital para ser operado.
El niño de ocho años sigue usando una silla de ruedas después del ataque y probablemente tendrá cicatrices duraderas.
En su tamaño natural, los tiburones nodriza pueden alcanzar entre 2,5 y 3,5 metros y pesar entre 200 y 330 libras. Se mueven lentamente en el fondo del mar y suelen ser inofensivos para los humanos.
Sin embargo, tienen mandíbulas muy fuertes llenas de miles de dientes diminutos y muerden a la defensiva si son pisados o molestados por los buceadores.
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