Casi dos años después de ser acusado de homicidio criminal, un padre de Pensilvania se ha declarado culpable de su papel en la tortura y la muerte por inanición de su hijo de 12 años.
Scott Schollenberger Jr, de 43 años, se declaró el jueves culpable ante el juez Bradford Charles y fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
También fue fichado por cargos de poner en peligro el bienestar de los niños, y conspiración criminal para poner en peligro el bienestar de los niños, meses después de que su hijo fuera encontrado muerto en su habitación. Mientras que el cargo de homicidio le llevó a una sentencia de cadena perpetua, las otras condenas resultaron en una sentencia de prisión de un mínimo de 25 años.
Su declaración se produjo un mes antes de que el caso fuera a juicio.
El caso se remonta al 26 de mayo de 2020, cuando la policía del municipio de Annville y los miembros de la Oficina de Detectives del Condado encontraron el cuerpo de su hijo, Maxwell, en su habitación del segundo piso, con la cama y el cuerpo “totalmente cubiertos de materia fecal”.
Las autoridades también observaron que la puerta y su marco “contenían tres ganchos de metal… para encerrar al niño en su habitación”, informó el Lebanon Daily News.
Su habitación no tenía luz ni muebles, aparte de la cama en la que murió, según la oficina del fiscal del condado de Lebanon. Las persianas estaban cerradas con cinta adhesiva, por lo que el niño tampoco podía ver el exterior.
El forense concluyó que el niño, que pesaba unas 47,5 libras, murió por deshidratación, desnutrición y traumatismo craneal, informó Penn Live.
En septiembre, las autoridades acusaron a Schollenberger y a su prometida Kimberly Maurer, de 36 años, de homicidio. Ella se encuentra actualmente en prisión y debe ser juzgada el próximo mes.
Mientras tanto, la madre del niño, Sara Coon, presentó una demanda contra la pareja y los Servicios para la Infancia y la Juventud por lo que considera que el servicio no investigó sus repetidas denuncias de abuso infantil por parte de su ex marido, que tenía la custodia de su hijo.
El niño de 12 años tampoco recibió atención médica en 10 años, no fue matriculado en ninguna escuela y apenas fue visto por los otros tres hermanos que la pareja tenía juntos, según el fiscal del distrito.
Los otros niños “parecían estar sanos, bien adaptados y cuidados”, dijeron los investigadores, añadiendo que recibían atención médica regular y asistían a la escuela.
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