Un pueblo del sur de España ha cambiado su nombre por el de Ucrania en señal de solidaridad cuando el país entra en dos meses de guerra con Rusia.
Ya no se trata de Fuentes de Andalucía, sino que el cartel de entrada al pueblo reza ahora Ucrania y la bandera azul y amarilla del país ha sido pintada al lado.
Las calles han pasado a llamarse Ciudad de Kiev, Odesa y Mariupol en el pueblo de más de 7.100 habitantes al este de Sevilla.
“El objetivo principal es concienciar sobre el conflicto de Ucrania, pero también sobre los países que están en guerra en la actualidad”, dijo el residente Francisco Martínez mientras se encontraba en la calle Ciudad de Kiev.
El Sr. Martínez dijo que el cambio de nombre era más que un gesto, ya que los vecinos también habían recaudado 3.500 euros (2.900 libras) en dos días para un centro de refugiados previsto.
El pueblo quiere ofrecer casas a un máximo de 25 refugiados en el centro o con familias.
Rafael Osuna, de 6 años, dijo que acogería a una pareja ucraniana en su casa.
“La gente de Fuentes está muy orgullosa de lo que estamos haciendo”, dijo. “Como vivo solo y tengo una casa grande he pensado en acoger a una pareja ucraniana durante un tiempo”.
Más de 3 millones de personas han huido de Ucrania desde que Rusia lanzó su invasión, según nuevas estimaciones.
La cifra superó el martes los 3 millones, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que advirtió que otros millones podrían verse afectados si la guerra que se libra en el este de Europa continúa.
De los 3 millones de refugiados que han huido a los países vecinos, más de 157.000 de ellos no son ciudadanos ucranianos, según las estimaciones de la OIM.
Los funcionarios de la ONU la han calificado como la mayor crisis de refugiados en el continente desde la Segunda Guerra Mundial.
Según el ACNUR, los que huyeron al principio del conflicto contaban en su mayoría con recursos y contactos fuera de Ucrania, pero ahora muchos de los refugiados se marchan apurados y más vulnerables.
“Vemos a muchos ancianos y a muchas personas con discapacidad, en realidad personas que esperaban y esperan hasta el último momento que la situación cambie”, dijo Tatiana Chabac, trabajadora humanitaria del ACNUR.
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