Un preso “murió asado” en su celda, con una temperatura interna de 109 grados, según una demanda presentada por su familia.
Los familiares de Thomas Lee Rutledge alegan que el preso, de 44 años de edad, pereció mientras estaba recluido en el centro penitenciario William E. Donaldson de Bessemer. el Associated Press. También afirman que el personal y los empleados de la prisión de Alabama que controlaban el sistema de calefacción de la cárcel fueron negligentes.
“Estaba alojado en un pabellón de salud mental, donde los reclusos estaban confinados en sus celdas las 24 horas del día, incluso comiendo y bañándose en sus celdas. Su muerte fue el resultado directo de la indiferencia deliberada o la malicia de los funcionarios de prisiones, los funcionarios penitenciarios y el personal de mantenimiento de Donaldson, así como de la negligencia y/o el descuido de las entidades contratistas”, dice la demanda presentada por su hermana.
Dice que la noche del 7 de diciembre de 2020, la temperatura en el pabellón donde se encontraba el preso se había disparado. La demanda alega que el personal de la prisión conocía los problemas del sistema de calefacción de la unidad de salud mental antes de su muerte.
En Associated Press dijo que un investigador que estuvo presente esa noche tras la muerte de Rutledge comentó en una entrevista grabada que cuando abrió la puerta de una bandeja para hablar con otro recluso, hacía “más calor que tres infiernos”.
Aunque el personal afirmó que había realizado controles a los reclusos, no había constancia en sus notas de las altas temperaturas.
“Sin embargo, Rutledge ya sufría en ese momento un golpe de calor que ponía en peligro su vida, ya que a las 20.20 horas un recluso corredor informó al funcionario de cubículos Sansing de que Rutledge no reaccionaba”, dice la demanda.
Más tarde murió de lo que se denominó “hipertermia”.
El Departamento de Justicia de EE.UU. tiene una demanda en curso contra el estado por las condiciones de la prisión y mencionó la muerte por hipertermia en una presentación judicial el año pasado como ejemplo de los “graves riesgos que plantean las peligrosas condiciones de las prisiones para hombres de Alabama”.
Rutledge había sido condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional en 1995 por delitos cometidos cuando era menor de edad.
Tenía esperanzas de una nueva oportunidad en la vida después de que una decisión del Tribunal Supremo declarara inconstitucionales las condenas obligatorias a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional para delincuentes juveniles, NBC News informó a principios de este mes.
De haber sobrevivido, habría podido optar a la libertad condicional y a una posible puesta en libertad en 2024, según la demanda.
Y añade: “Soñaba con obtener la libertad, reunirse con su madre en Alaska y comenzar una vida nueva y productiva”.
Una empresa de calefacción, ventilación y aire acondicionado con sede en Alabama, P&M Mechanical Inc, tampoco respondió a las preguntas. Sin embargo, la empresa respondió a la denuncia, por NBC News y alegó que la muerte de Rutledge no fue el resultado de ninguna acción por parte de la empresa y que “no tenían suficiente información para admitir o negar las alegaciones sobre si su muerte fue el resultado de la indiferencia o malicia de los trabajadores de la prisión y del personal de mantenimiento.”
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