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Un tribunal francés ha condenado este martes a un hombre chileno de 31 años a 28 años de cárcel por asesinar a su exnovia japonesa en el este de Francia en 2016.
El jurado del tribunal de Besancon, en Francia, deliberó durante horas antes de condenar a Nicolás Zepeda por el asesinato de Narumi Kurosaki, de entonces 21 años, en diciembre de 2016.
Además de 28 años de prisión, la sentencia también incluye la “prohibición definitiva” de entrar en territorio francés y de portar armas, dijo el martes el juez Matthieu Husson.
Durante el juicio que comenzó el 29 de marzo en Besancon, Zepeda negó repetidamente las acusaciones de haber asesinado a Kurosaki y haberse deshecho de su cuerpo, y de haber sido impulsado a este acto por “celos”.
Kurosaki llegó a Francia para aprender francés en el verano de 2016. Había roto con Zepeda hace un año. Zepeda quería retomar la relación, pero Kurosaki se negó.
Fue la última persona que la vio con vida en diciembre de 2016.
Zepeda declaró el martes ante el tribunal: “Nunca quise estar en medio del dolor de la familia de Narumi, nunca quise estar en medio del dolor de mi propia familia, de mi propio dolor, pero no soy un asesino, no soy el asesino de Narumi”.
El lunes, el fiscal Etienne Manteaux pidió que el chileno fuera “condenado a cadena perpetua” e insistió en que Zepeda “mató deliberadamente a su ex novia con premeditación.”
Taeko Kurosaki, la madre de la joven, declaró durante el juicio que ambos se conocieron en Japón en otoño de 2014 y que unos meses después iniciaron una relación sentimental que estuvo marcada por “rupturas y reconciliaciones.”
Los fiscales afirmaron que acudió a Besancon para matar a Kurosaki en diciembre de 2016. También afirmaron que se deshizo del cuerpo en los bosques de la región del Jura, en Francia.
Los fiscales aseguraron que el chileno “asfixió” o “estranguló” a Kurosaki la noche del 4 al 5 de diciembre, cuando varios testigos dijeron haber escuchado “golpes” y “gritos espeluznantes” de una mujer en la residencia universitaria alrededor de las tres de la madrugada.
La fiscalía también dijo que Zepeda se deshizo del cuerpo en un bosque de la zona o lo arrojó al río Doubs, en la misma zona.
Según la investigación que abarcó todos estos años y casi tres continentes, Zepeda hackeó las cuentas de las redes sociales de Kurosaki y envió mensajes a sus familiares, haciéndoles creer que seguía viva.
“Es un gran alivio para la familia”, dijo Sylvie Galley, la abogada de la familia de Kurosaki. “Se irán hoy con mucho dolor y sufrimiento… pero también con la sensación de que ese dolor fue escuchado”.
Zepeda había afirmado anteriormente que conoció a Kurosaki en Besançon (Francia) sólo “por casualidad” en el aparcamiento de su residencia universitaria el 4 de diciembre de 2016.
También dijo que cenaron y pasaron la noche juntos. La estudiante japonesa no volvió a ser vista con vida después de esto.
A principios de este mes, varios testigos declararon al tribunal en Francia que habían escuchado “gritos de terror” y golpes “como si alguien estuviera golpeando a otra persona.”
Nadie había llamado a la policía en ese momento. Hasta ahora, la policía no ha podido encontrar los restos de Kurosaki.
Se denunció la desaparición de Kurosaki el 13 de diciembre, cuando un administrador de la universidad no la vio durante días. Para entonces, Zepeda ya había abandonado Francia y había pasado unos días con su primo en España.
Zepeda fue extraditado de su país a Francia en 2020.
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