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Los italianos votarán el domingo en unas elecciones que se anuncian como cruciales, mientras Europa se tambalea por las repercusiones de la guerra de Rusia en Ucrania. Por primera vez en Italia desde el final de la Segunda Guerra Mundial, las elecciones podrían impulsar a un líder de extrema derecha a la presidencia.
El aumento de los costes de la energía y la rápida subida de los precios de productos básicos como el pan -consecuencias de la invasión rusa del granero de Ucrania- han golpeado a muchas familias y empresas italianas.
Con este sombrío telón de fondo, Giorgia Meloni y su partido Hermanos de Italia -con raíces neofascistas y un programa sobre Dios, la patria y la identidad cristiana- parecen ser los favoritos en las elecciones parlamentarias de Italia.
Podrían ser una prueba de si el sentimiento de la derecha dura está ganando más terreno en la Unión Europea de los 27. Recientemente, un partido de derechas sueco aumentó su popularidad aprovechando el miedo de la gente a la delincuencia.
El principal socio de Meloni es el líder del partido derechista de la Liga, Matteo Salvini, que culpa de la delincuencia a los inmigrantes. Salvini ha sido durante mucho tiempo un firme impulsor ideológico de los gobiernos de derechas de Hungría y Polonia.
“Las elecciones en medio de una guerra, en medio de una crisis energética y en los albores de lo que probablemente será una crisis económica… casi por definición son elecciones cruciales”, dijo Nathalie Tocci, directora del think tank con sede en Roma Instituto de Asuntos Internacionales.
El presidente ruso Vladimir Putin, que ordenó la invasión de Ucrania por parte de Moscú el 24 de febrero, está apostando a que “Europa se romperá” bajo el peso de los problemas económicos y energéticos provocados por la guerra, dijo Tocci a The Associated Press.
Salvini, que obtiene su base de votantes de los empresarios del norte de Italia, se ha puesto en el pasado camisetas pro-Putin. Salvini también ha cuestionado la conveniencia de mantener las sanciones económicas occidentales contra Rusia, diciendo que podrían perjudicar demasiado los intereses económicos de Italia.
La publicación de los sondeos se detuvo 15 días antes de la votación del domingo, pero antes de eso indicaban que el partido de Meloni sería el más votado, justo por delante del Partido Democrático de centro-izquierda liderado por el ex primer ministro Enrico Letta.
Una alianza de campaña que vincula a Meloni con los aliados conservadores Salvini y el ex premier Silvio Berlusconi le confiere una clara ventaja sobre Letta según el complejo sistema italiano de reparto de escaños en el Parlamento.
Letta había esperado en vano una alianza de campaña con el Movimiento 5 Estrellas, de tendencia populista, el mayor partido de la legislatura saliente.
Aunque es un momento tenso para Europa, las elecciones del domingo podrían registrar la participación más baja de la historia de la Italia moderna. Las últimas elecciones, en 2018, registraron una participación récord del 73%. El encuestador Lorenzo Pregliasco dice que esta vez el porcentaje podría bajar hasta el 66%.
Pregliasco, que dirige la empresa de encuestas YouTrend, dice que las tres últimas coaliciones de gobierno diferentes de Italia han dejado a los italianos “desafiados, decepcionados. No ven su voto como algo importante”.
El gobierno saliente está encabezado por el ex jefe del Banco Central Europeo Mario Draghi. A principios de 2021, el presidente de Italia recurrió a Draghi para formar un gobierno de unidad tras el colapso de la segunda coalición gobernante del líder de 5 Estrellas, Giuseppe Conte.
En lo que Pregliasco llamó una “aparente paradoja”, las encuestas indican que “a la mayoría de los italianos les gusta Draghi y creen que su gobierno hizo un buen trabajo.” Sin embargo, Meloni, el único líder de un partido importante que se ha negado a unirse a la coalición de Draghi, es el que obtiene mejores resultados en las encuestas.
Como dijo Tocci, el partido de Meloni es tan popular “simplemente porque es el nuevo chico del barrio”″.
Draghi ha dicho que no quiere otro mandato.
Para disgusto de Meloni, los votantes siguen preocupados por el hecho de que no haya roto de forma inequívoca con las raíces de su partido en un movimiento neofascista fundado por nostálgicos del dictador Benito Mussolini tras el desastroso papel de su régimen en la Segunda Guerra Mundial. Durante la campaña, declaró que no es “ningún peligro para la democracia”.
Algunos analistas políticos italianos dicen que la preocupación por el tema fascista no es su principal preocupación.
“Tengo miedo de la incompetencia, no de la amenaza fascista,″ dijo Roberto D’Alimonte, profesor de ciencias políticas en la LUISS, una universidad privada de Roma. “No ha gobernado nada”.
Meloni fue ministro de Juventud en el último gobierno de Berlusconi, que terminó hace una década.
En cambio, su principal socio de coalición de derechas es digno de preocupación, dijo D’Alimonte a The AP.
“Salvini será el problemático, no Meloni,″ dijo. “No es Meloni quien pide el fin de las sanciones contra Rusia. Es Salvini. Esno es Meloni el que pide más deuda o más déficit. Es Salvini”.
Pero los recientes incidentes han alimentado la preocupación por los hermanos de Italia.
Un candidato de Hermanos de Italia en Sicilia fue suspendido por su partido después de que publicara frases en las redes sociales mostrando aprecio por Hitler. Por otra parte, un hermano de uno de los cofundadores de Meloni fue visto haciendo lo que parecía ser el saludo fascista en el funeral de un familiar. El hermano lo negó.
Durante años, la derecha ha emprendido una cruzada contra la inmigración desenfrenada, después de que cientos de miles de migrantes llegaran a las costas italianas a bordo de barcos de contrabandistas o de embarcaciones que los rescataban en el mar Mediterráneo. Tanto Meloni como Salvini han tronado contra lo que consideran una invasión de extranjeros que no comparten lo que ellos llaman el carácter “cristiano” de Italia.
Letta, que quiere facilitar la ciudadanía a los hijos de inmigrantes legales, también ha jugado la carta del miedo. En los anuncios de la campaña de su partido en los autobuses, la mitad de la imagen muestra a un Letta de aspecto serio con su lema de una sola palabra, “Elige”, y la otra mitad presenta una imagen de Putin de aspecto inquietante. Salvini y Berlusconi han expresado su admiración por el líder ruso. Meloni apoya el suministro de armas para que Ucrania pueda defenderse.
Con una factura energética hasta 10 veces superior a la de hace un año, la forma de salvar el empleo de los trabajadores es una de las principales preocupaciones de los votantes italianos.
Pero, con la excepción de Salvini, que quiere revisar las centrales nucleares cerradas de Italia, los candidatos no se han distinguido por proponer soluciones a la crisis energética. Casi todos abogan por una limitación de los precios del gas en la UE.
Los peligros del cambio climático no han ocupado un lugar destacado en la campaña italiana. El minúsculo partido de los Verdes de Italia, compañero de campaña de Letta, tiene previsto obtener apenas unos pocos escaños en el Parlamento.
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Colleen Barry informó desde Milán. Sabrina Sergi contribuyó a este informe desde Roma.
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