Los científicos han creado un nuevo tipo de batería de “congelación-descongelación” que puede mantener la energía durante varios meses sin perder la carga.
El avance podría tener importantes implicaciones para el sector de las energías renovables, en el que la generación de electricidad puede fluctuar masivamente según la estación del año.
Un equipo del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico (PNNL) del Departamento de Energía de Estados Unidos describió la batería de red de larga duración en un artículo publicado en la revista Cell Reports Physical Science.
El estudio, titulado ‘A freeze-thaw molten salt battery for seasonal storage’, explicaba cómo la energía eólica y solar podía capturarse y almacenarse hasta 12 semanas con una pérdida mínima de capacidad de almacenamiento.
La aplicación de la tecnología de baterías en instalaciones renovables a gran escala permitiría que las redes eléctricas no necesitaran combustibles fósiles para cubrir las carencias durante los meses en los que la producción de energía es baja.
“Si alguno de los excesos estacionales puede almacenarse de forma eficiente, entonces puede redistribuirse en momentos de necesidad, lo que cimentaría aún más la posibilidad de una red fiable y sostenible basada en un 100% de renovables”. el documento afirmaba.
La incapacidad de almacenar energía durante un periodo de tiempo considerable sigue siendo un problema fundamental de las actuales tecnologías de baterías.
Al igual que un coche o un ordenador portátil que permanece inactivo durante varias semanas, la batería se autodescarga constantemente hasta que deja de tener suficiente carga para realizar su función.
“Las tecnologías de almacenamiento de energía de larga duración son importantes para aumentar la resistencia de la red cuando se incorpora una gran cantidad de energía renovable”, dijo Imre Gyuk, director de almacenamiento de energía en la Oficina de Electricidad del Departamento de Energía.
“Esta investigación supone un paso importante hacia una solución de baterías estacionales que supere las limitaciones de autodescarga de las tecnologías de baterías actuales.”
Funciona calentando la batería a 180 grados centígrados para cargarla y luego enfriándola a temperatura ambiente para, básicamente, bloquear la energía. Cuando se necesita la energía, la batería se recalienta para permitir que la energía fluya.
Los investigadores afirman que la adopción a gran escala de las baterías de sales fundidas de congelación-descongelación también mejoraría la capacidad de las empresas de servicios públicos para hacer frente a los cortes de energía durante los fenómenos meteorológicos graves.
“Es muy parecido a cultivar alimentos en el jardín en primavera, poner los que sobran en un recipiente en el congelador y luego descongelarlos para cenar en invierno”, dijo Minyuan Li, químico inorgánico del PNNL y primer autor del artículo de investigación.
El prototipo de la batería tiene actualmente el tamaño de un disco de hockey, pero se ha presentado una patente de la tecnología para seguir desarrollándola a mayor escala.
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