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Las protestas por el mandato de vacunación de Canadá contra el virus Covid-19 para los camioneros se han extendido desde Ottawa hasta Toronto y la ciudad de Quebec, en lo que los funcionarios policiales han descrito como “una insurrección nacional”.
Miles de personas acudieron a apoyar el Convoy de la Libertad el sábado, y el jefe de la policía de Ottawa, Peter Sloly, informó de que sólo en las calles de la capital del país habían acudido unos 7.000 manifestantes y 1.000 vehículos.
Algunos manifestantes recorrieron la ciudad a caballo, y a uno de ellos se le vio ondear una bandera de “Trump 2024” en vídeos y fotos publicados en Twitter.
La enorme multitud fue recibida por alrededor de 300 contramanifestantes, con la policía advirtiendo que -incluso con todos los oficiales en servicio y cientos de otros oficiales reclutados para ayudar- no tienen suficiente personal para cerrar el bloqueo.
El jefe Sloly dijo en una reunión de emergencia de la junta de los Servicios de Policía de Ottawa el sábado por la tarde que “necesitamos un aumento adicional de recursos”, después de que el primer ministro canadiense Justin Trudeau descartara el despliegue de tropas en las calles.
La presidenta de la junta de los Servicios de Policía de Ottawa, Diane Deans, describió a las multitudes como “terroristas” y advirtió que suponen una “amenaza para nuestra democracia”, informó CBC.
“Están aterrorizando a nuestros residentes, torturándolos con incesantes bocinazos, amenazándolos e impidiéndoles llevar sus vidas. La gente no puede ir a trabajar ni abrir sus negocios.
“No pueden dormir, caminar, comprar, ir a las citas médicas o disfrutar de su barrio”, dijo en la reunión de emergencia.
“Este grupo es una amenaza para nuestra democracia. Lo que estamos viendo es más grande que un problema de la ciudad de Ottawa.
“Esto es una insurrección a nivel nacional. Esto es una locura”.
Un enorme convoy de camioneros ha paralizado Ottawa durante más de una semana, desde que descendieron por primera vez en la ciudad y bloquearon las autopistas que conectan Estados Unidos y Canadá el 29 de enero.
La protesta se produjo en respuesta a la introducción por parte del gobierno de un mandato de vacunación el 15 de enero, según el cual los camioneros canadienses deben estar completamente vacunados para cruzar la frontera con el país.
En el momento de la entrada en vigor del mandato, se creía que alrededor del 85% de los camioneros canadienses ya estaban totalmente vacunados y los Estados Unidos ya tenían un mandato similar en vigor, lo que significa que los camioneros ya tenían que estar totalmente vacunados para conducir a través de la frontera.
Durante la última semana, las protestas se han multiplicado y se han convertido en un grito de guerra contra las restricciones del gobierno en relación con la pandemia, con manifestaciones que tuvieron lugar en otras ciudades canadienses durante el fin de semana.
En Toronto, miles de personas salieron a las calles de la mayor ciudad del país y bloquearon un importante cruce durante horas.
El domingo, la policía de Toronto tuiteó que mantenía los cierres de carreteras para “proteger a nuestros trabajadores sanitarios, pacientes y sus familias, y mantener la seguridad pública”.
En Vancouver, cinco personas fueron detenidas el sábado por “comportamiento violento y conducta ilegal” tras los informes de lanzamiento de piedras y huevos, patadas a los coches y clavos esparcidos por las carreteras, según la policía local.
Esto se produjo después de que un hombre de 42 años fuera detenido por conducir presuntamente su vehículo contra un grupo de manifestantes en Winnipeg el viernes por la noche, hiriendo a cuatro personas.
Aunque muchos manifestantes han sido pacíficos, las autoridades de Ottawa han puesto en marcha una línea telefónica para denunciar incidentes de odio en la ciudad, en medio de múltiples denuncias de acoso y agresiones.
Hasta ahora, cuatro personas han sido detenidas por delitos de odio en Ottawa y otras han sido vistas ondeando banderas nazis y confederadas.
También han aparecido en Internet imágenes de algunos manifestantes escalando y orinando en el Monumento Nacional a la Guerra y bailando sobre la Tumba del Soldado Desconocido.
La policía de Ottawa y el FBI dijeron que están trabajando juntos en la investigación de cargos por delitos de odio.
En los últimos días, las autoridades han calificado las protestas de “ocupación” y han instado a los organizadores a retirarse.
El primer ministro de Ontario, Doug Ford, dijo que la situación se había convertido en una “ocupación”, rompiendo con la mayoría del partido conservador, que ha salido en apoyo de los camioneros.
“Ya no es una protesta. Se ha convertido en una ocupación. Es hora de que esto termine”, dijo.
Otro legislador conservador describió a los participantes como “radicales y grupos anarquistas, calificándolo como “el asedio de Ottawa”.
“He pasado la semana sufriendo el Asedio de Ottawa”, tuiteó Pierre Paul-Hus.
“Pido que despejemoslas calles y que detengamos esta ocupación controlada por radicales y grupos anarquistas”.
GoFundMe retiró el viernes una recaudación de fondos para los organizadores diciendo que las pruebas de las fuerzas del orden habían revelado que “la manifestación, antes pacífica, se ha convertido en una ocupación”.
Alrededor de 10 millones de dólares (5,8 millones de libras esterlinas) en donaciones ya realizadas a la página del Convoy de la Libertad 2022 ya no se distribuirán a los organizadores, y los fondos se devolverán a los donantes, dijo la empresa.
Elon Musk y Ron DeSantis arremetieron contra la compañía por su decisión, y el jefe de Tesla los calificó de “ladrones profesionales”, mientras que el gobernador de Florida amenazó con investigar las “prácticas engañosas” de la plataforma.
Donald Trump también ha apoyado públicamente la protesta de los camioneros, calificando al señor Trudeau de “lunático de extrema izquierda”.
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