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Una niña de ocho años, superviviente del tiroteo de Uvalde, se enfrentó a los miembros del consejo escolar de Texas con el mismo vestido blanco que llevaba mientras el pistolero acechaba y asesinaba a sus compañeros.
“Este fue el último vestido con el que me vieron todos mis amigos”, dijo la hija de Tina Quintanilla-Taylor a los funcionarios del distrito escolar sentados detrás de las mesas en el escenario del auditorio de la escuela secundaria.
“La mayoría de esos niños eran mis amigos, y eso no es bueno. Y no quiero ir a su escuela si no tienen protección”.
La rabia y la frustración hirvieron en la reunión del consejo escolar del lunes, un día después de la publicación de un informe oficial sobre la masacre del 24 de mayo ocurrida en la escuela primaria Robb, donde murieron 19 niños y dos profesores.
Tomando el micrófono después de que su hija hubiera hablado, la Sra. Quintanilla-Taylor dijo que su hija estaba animando a sus amigos a no ir a la escuela cuando el curso comienza en menos de un mes.
“La defensa de los derechos empieza a esta edad. El liderazgo es ponerse de pie aquí y mostrar a nuestros hijos que eso no es liderazgo. Eso es un mal liderazgo”.
Un informe condenatorio y horas de grabaciones de cámaras corporales publicadas el domingo dejaron al descubierto la caótica respuesta al tiroteo masivo en la Escuela Primaria Robb.
Casi 400 agentes de la ley se apresuraron a llegar a la escuela, pero la “toma de decisiones atrozmente pobre” dio lugar a más de una hora de caos antes de que el pistolero fuera finalmente enfrentado y muerto, según el informe de la Cámara de Representantes de Texas.
Hablando en la reunión del lunes, el residente de Uvalde Héctor Luévano dijo que era “vergonzoso” ver la inacción de los oficiales, que esperaron “a expensas de estos niños.”
Otro padre de Uvalde dijo que no confiaba en que los funcionarios de la escuela pudieran mantener a sus hijos a salvo.
“Si algo no cambia pronto, sacaré a mis tres hijos, de su escuela”.
El comité de la Cámara de Texas criticó el “enfoque displicente” de las fuerzas de seguridad ante el tiroteo masivo de Uvalde.
La respuesta de las fuerzas del orden se describió como un “caos” en el que no había un liderazgo claro y en el que los agentes en el lugar de los hechos “no dieron prioridad a salvar las vidas de las víctimas inocentes sobre su propia seguridad”.
“Hubo un enfoque general de falta de interés por parte de las fuerzas del orden en el lugar de los hechos. Para muchos, esto se debió a que se les dio información inexacta y se basaron en ella. Para otros, tenían suficiente información para saberlo mejor”, afirma el informe.
El alcalde de Uvalde, Don McLaughlin, dijo que el jefe de policía en funciones de la ciudad ese día, el teniente Mariano Pargas, había sido puesto en licencia administrativa para determinar si era responsable de tomar el mando de la escena.
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