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Vladimir Putin no asistirá a una cumbre en Sudáfrica el próximo mes, lo que permitirá a los anfitriones evitar la decisión de arrestar o no al líder ruso gracias a una orden internacional por acusaciones de crímenes de guerra.
Como signatario de la Corte Penal Internacional (CPI) que emitió la orden, se espera que Sudáfrica detenga a Putin una vez que ponga un pie en el país. Aunque se ha negado a cumplir con esa obligación en el pasado, permitió el paso seguro al entonces presidente de Sudán, Omar al-Bashir, en 2015, quien enfrentaba acusaciones de crímenes de guerra contra su propio pueblo.
La CPI emitió una orden de arresto contra Putin y la comisionada rusa para los derechos del niño, Maria Lvova-Belova, en marzo en relación con la deportación forzada de niños de Ucrania a Rusia.
El anuncio de que Putin se mantendrá alejado de la cumbre de dos días en agosto se produce un día después de que documentos judiciales mostraran que el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, había pedido permiso a la CPI para no continuar con el arresto, diciendo que equivaldría a una “declaración de guerra”. El partido de oposición más grande de Sudáfrica, la Alianza Democrática, había acudido a los tribunales para tratar de obligar a las autoridades a realizar el arresto si llegaba Putin, pero Ramaphosa parecía totalmente en contra de la medida.
“Sudáfrica tiene problemas evidentes para ejecutar una solicitud de arresto y entrega del presidente Putin”, dijo en una declaración jurada presentada a fines de junio pero que se hizo pública el martes. “Rusia ha dejado claro que arrestar a su presidente en funciones sería una declaración de guerra. Sería incompatible con nuestra constitución arriesgarse a entrar en guerra con Rusia”.
El miércoles, un comunicado de la presidencia de Sudáfrica dijo que, por “acuerdo mutuo”, Rusia estaría representada por su ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, en la cumbre de las naciones Brics: Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica. La agencia de noticias estatal rusa RIA dijo más tarde, citando al Kremlin, que Putin participará en la cumbre a través de una videollamada.
Hablando justo antes del anuncio de Sudáfrica, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo a los periodistas que todos entendían, sin que se les explicara, lo que significaría un intento de infringir los derechos de Putin. Pero dijo que Rusia no le dijo a Sudáfrica que un arresto significaría la guerra. El Kremlin calificó la orden emitida contra Putin de escandalosa y legalmente nula, porque el país no es miembro de la organización.
“No, no se pronunciaron tales formulaciones, nadie dio a entender eso a nadie”, dijo Peskov. “Está claro para todos en este mundo lo que significa un intento de infringir los derechos del jefe del Estado ruso. Así que no hay necesidad de explicar nada a nadie aquí.”
Sudáfrica ha estado tratando de lidiar con el tema del arresto durante meses. Ve que Rusia tiene un aliado, pero claramente tampoco quiere inflamar las tensiones con las naciones occidentales. Sudáfrica se ha abstenido sistemáticamente de votar en las Naciones Unidas para condenar la agresión de Rusia y, en cambio, ha pedido el diálogo para poner fin a la guerra. Reclamando neutralidad, el país también es parte de los esfuerzos de un grupo de al menos seis naciones africanas que recientemente se embarcaron en una misión de paz a Kiev y Moscú para reunirse con Putin y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.
En su presentación ante el tribunal, Ramaphosa sugirió que tales esfuerzos podrían verse comprometidos por un intento de arrestar al presidente de Rusia. “El arresto del presidente Putin introduciría una nueva complicación que impediría cualquier solución pacífica”, dijo.
Reuters y Associated Press contribuyeron a este informe.
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