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El presidente chino, Xi Jinping, ha alabado la fórmula de gobierno de Pekín de “un país, dos sistemas” para Hong Kong durante las celebraciones del 25º aniversario del traspaso de la ciudad a Gran Bretaña.
En su primer viaje fuera de la China continental, Xi encabezó el viernes las celebraciones tras la ceremonia de toma de posesión del nuevo líder de la ciudad, John Lee.
Hong Kong, antigua colonia británica, fue devuelta a China el 1 de julio de 1997, con la promesa de Pekín de una amplia autonomía, derechos individuales sin restricciones e independencia judicial al menos hasta 2047.
Los críticos han acusado a Xi de gobernar Hong Kong con puño de hierro, sofocando la disidencia e imponiendo la draconiana ley de seguridad nacional tras las violentas protestas prodemocráticas de 2019. La ley se ha utilizado para poner a varios activistas entre rejas y ha obligado a otros a huir de la ciudad.
El régimen también ha introducido un plan de estudios más “patriótico” en las escuelas y ha renovado las leyes para mantener a los políticos de la oposición fuera de la legislatura de la ciudad. A lo largo de los años, Xi ha erosionado la distinción de una región administrativa especial para Hong Kong, socavando la política de mantener dos sistemas de gobierno, según los críticos.
Sin embargo, Pekín ha rechazado las acusaciones, afirmando que la ley “restauró el orden del caos” para que la ciudad pudiera prosperar. En referencia a las protestas de 2019, Xi dijo que Hong Kong ha “renacido de sus cenizas” tras superar varios retos.
Defendiendo firmemente la ley de seguridad, el presidente dijo que era beneficiosa para los “derechos democráticos” de la ciudad y que la fórmula “un país, dos sistemas” seguiría vigente.
“Para este tipo de sistema tan bueno, no hay ninguna razón para cambiarlo. Hay que mantenerlo a largo plazo”, dijo.
“Ningún pueblo de ningún país o región del mundo permitiría jamás que el poder político cayera en manos de fuerzas o individuos que no aman, o que incluso venderían o traicionarían a su propio país”, añadió.
En un acto coreografiado con la élite de la ciudad entre el público, el presidente añadió: “Desde su regreso a la madre patria, Hong Kong… ha aprovechado su papel como importante ventana y puente que conecta la China continental con el mundo, y ha hecho así una contribución insustituible.”
“Hong Kong se ha convertido en una parte integral del desarrollo general del país y se ha alineado activamente con las estrategias de desarrollo nacional.”
Más tarde, tras reunirse con la ex líder de la ciudad, Carrie Lam, la elogió por haber acabado con el “caos” y por garantizar que sólo los “patriotas” gobernaran Hong Kong.
Continuando con los esfuerzos por amordazar a la prensa, se denegó el permiso para cubrir actos oficiales a al menos diez periodistas de más de siete medios de comunicación.
Por su parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, declaró: “No vamos a renunciar a Hong Kong. El estado de las cosas amenaza tanto los derechos y la libertad de los hongkoneses como la continuidad del progreso y la prosperidad de su hogar.”
“Hace veinticinco años hicimos una promesa al territorio y a su pueblo y tenemos la intención de cumplirla, haciendo todo lo posible para que China cumpla sus compromisos, de modo que Hong Kong vuelva a ser administrado por el pueblo de Hong Kong, para el pueblo de Hong Kong.”
Chris Patten, el último gobernador británico de Hong Kong, dijo a la BBC que la afirmación del Sr. Xi de que la democracia comenzó en la entrega era “completamente absurda”.
“No creo que Xi Jinping reconozca una elección democrática aunque le golpee en la cabeza con una porra de la policía”, dijo, añadiendo que la amplia ley de seguridad “puso a Hong Kong en esposas”.
El grupo de defensa de los derechos Stand With Hong Kong (SWHK) ha pedido al gobierno británico que imponga sanciones a los funcionarios chinos “culpables” de “profanar” los derechos democráticos de la ciudad.
“Como no podemos cambiar el pasado, el Reino Unido, al ser cofirmante de la Declaración Conjunta Sino-Británica, tiene el deber de proteger las libertades de Hong Kong”, dijo Jane Song, representante de SWHK.
“Debe estar a la altura de esta responsabilidad imponiendo sanciones a los funcionarios hongkoneses y chinos culpables de destruir la democracia de la ciudad y violar las libertades de los hongkoneses”.
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