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El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, arremetió contra Vladimir Putin y otros líderes mundiales después de que un ataque ruso contra una torre de televisión en Kiev alcanzara el martes también el monumento al Holocausto de Babyn Yar.
Cinco personas murieron y otras cinco resultaron heridas tras el atentado.
Durante dos días de septiembre de 1941, los soldados nazis ejecutaron a 33.771 judíos al borde de Babyn Yar, un largo y escarpado barranco en el extremo noroeste de Kiev. El asesinato en masa fue uno de los episodios más nefastos de todo el Holocausto. Se calcula que los nazis asesinaron a unas 100.000 personas en Babyn Yar durante la Segunda Guerra Mundial.
“Al mundo: ¿de qué sirve decir “nunca más” durante 80 años, si el mundo permanece en silencio cuando cae una bomba en el mismo lugar de Babyn Yar?” dijo el presidente Zelensky en un tuit. “Al menos 5 muertos. La historia se repite…”
Anton Herashchenko, asesor del ministerio, publicó en las redes sociales imágenes del atentado. Las imágenes mostraban cuerpos en el lugar de la explosión.
Herashchenko dijo que las fuerzas de ocupación rusas habían hecho lo impensable al bombardear las tumbas judías en Babyn Yar. “Este lugar fue el escenario de la que posiblemente fue la mayor masacre a tiros durante el Holocausto”, dijo en un post en Telegram.
“A decir verdad, no he tenido las palabras adecuadas ni la indignación por tal hecho. Si esto no es fascismo, ¿qué es?”, añadió.
El Memorial de Auschwitz respondió al tuit del presidente y dijo: “Es difícil esperar que el ejército ruso respete a los muertos si no es capaz de respetar las vidas humanas”.
En un comunicado, el Museo del Holocausto de Estados Unidos también condenó el ataque a Babyn Yar.
“La pérdida de vidas en Ucrania hoy es nuestra principal preocupación”, dijo en un tuit.
“También estamos indignados por el daño infligido al memorial de Babyn Yar por el ataque de Rusia hoy. Babyn Yar fue el lugar de uno de los mayores tiroteos masivos durante el Holocausto. Es un terreno sagrado”.
El jueves pasado, Rusia lanzó una “operación militar especial” contra Ucrania para asegurar, lo que el presidente Vladimir Putin denominó una “desmilitarización” de Ucrania, así como para “desnazificar” el país, al tiempo que advirtió a Occidente contra cualquier injerencia.
Muchos, incluido el Museo Conmemorativo del Holocausto de EE.UU., habían criticado a Rusia por su razonamiento y dijeron que Putin estaba explotando el Holocausto para invadir Ucrania.
“Al justificar este ataque, Vladimir Putin ha tergiversado y malversado la historia del Holocausto al afirmar falsamente que la Ucrania democrática necesita ser ‘desnazificada'”, dijo el museo dijo en un comunicado el 24 de febrero. “Igualmente infundadas y atroces son sus afirmaciones de que las autoridades ucranianas están cometiendo un ‘genocidio’ como justificación de la invasión de Ucrania”.
A principios de esta semana, Rusia había afirmado que no estaba atacando a los civiles, sino sólo a los emplazamientos militares y de otro tipo utilizados por los servicios de seguridad ucranianos.
En Moscú, el ministro de Defensa Sergei Shoigu dijo que el plan no era ocupar Ucrania. En cambio, Rusia presionaría su operación militar en Ucrania hasta lograr su objetivo de reforzar la seguridad rusa para protegerse de las amenazas de Occidente, había dicho.
Sin embargo, muchos civiles ya han muerto en los primeros seis días de la invasión, aunque las cifras aún no están claras.
El martes por la noche se registraron nuevas explosiones y sirenas antiaéreas en Kiev cuando la invasión se acercaba a su séptimo día, en medio de crecientes temores de que el ataque estaba a punto de intensificarse.
Después de que cinco personas murieran en el ataque aéreo ruso que dañó la torre de televisión de Kiev, Moscú instó a los residentes de la capital a huir antes de lo que afirmó que serían “ataques de alta precisión”.
El Ministerio del Interior ucraniano informó de que los canales de televisión estarán fuera de servicio durante un tiempo después de que la explosión sacudiera la torre de comunicaciones en el centro de la capital.
La torre de televisión se mostró aún en pie, aunque partes de la estructura metálica parecían haber sido arrancadas y voladas varios metros. El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, dijo que una sala de control y una subestación eléctrica resultaron dañadas.
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