Deporte

Argentina necesita el fuego de Julián Álvarez con la gloria del Mundial en juego

0

Cuatro partidos y, sin embargo, es tentador decir que Argentina aún no se ha probado a fondo en la Copa Mundial 2022. Al menos, no en el sentido más completo de un desafío sobre el terreno de juego contra un grupo de jugadores que tienen el mismo nivel que la mayoría de los suyos.

Ha habido otros tipos de desafíos, por supuesto. La tarea mental de sobreponerse a una derrota en el primer partido de la fase de grupos (una de las mayores sorpresas de la historia de los Mundiales) y la prueba habitual, pero exigente, de doblegar a unos rivales obstinados que pretenden poco más que no perder. Y navegar por unos últimos minutos sorprendentemente estresantes en este primer partido de eliminatorias, como así sucedió.

Pero aun así, México estuvo falto de poderío ofensivo y muy hundido en un bloque defensivo, Polonia exactamente igual pero exagerado en ambos aspectos y, en octavos de final, Australia los superó a todos por llevar ese planteamiento al extremo en algunos momentos.

La victoria por 2-1 de Argentina sobre los Socceroos les ha dado el pase a cuartos, pero todavía se quiere mucho más, siempre fue el objetivo. No sólo por Lionel Messi, el del partido 1.000 y el gol 789, sino también por toda una generación o dos de aficionados y por el resto de sus compañeros de equipo, que ya han contribuido mucho a alcanzar sólo esta fase.

Y, si quieren llegar tan lejos en esta fase final como esperan, para luchar de verdad por el trofeo, la Albiceleste aún debe mejorar en muchos aspectos. Holanda es el próximo rival, y subirá el listón tanto táctica como técnicamente.

El otro Lionel relevante en este grupo de Argentina, el seleccionador Scaloni, ya ha tenido que arreglar un par de problemas.

La incorporación de Enzo Fernández y Alexis Mac Allister ha mejorado la dinámica del mediocampo desde aquel primer partido, la derrota ante Arabia Saudí.

La estrella del Benfica aporta mucha deliberación en la posesión y cobertura por delante de la defensa, pero también -junto con Alexis, del Brighton- más incisión e intención adelantada en el primer toque, el primer pase.

Pero sigue sin estar perfectamente equilibrado; durante gran parte de los primeros 30 minutos, el centro del campo fue dominante, pero aburrido. Controlado, pero rastrero. Demasiado a menudo los pases consistían simplemente en inclinar la dirección del juego hasta que se abría un espacio para encontrar al número 10 entre líneas.

Fue revelador que Scaloni mezclara el centro del campo en la segunda parte; cambiar a un 3-5-2 bien podría haber sido para proteger la ventaja más que nada, pero la sospecha tiene que ser en parte también para probar una posible alteración del sistema para enfrentarse a Holanda.

Louis van Gaal ya demostró en la victoria de Holanda ante Estados Unidos que está perfectamente dispuesto a cambiar de táctica para superar a un rival concreto. Es absolutamente seguro que también tendrá un plan para hacer frente a Messi y compañía.

Lo que hace aún más relevante uno de los otros cambios de Scaloni: la entrada de Julián Álvarez en los dos últimos partidos en lugar de Lautaro Martínez.

El jugador del Inter ha estado bastante mal, dejando a un lado el fuera de juego ante Arabia Saudí, y como se puede juzgar por sus cuatro terribles remates en los últimos 20 minutos de este partido, está muy falto de confianza.

Álvarez, por el contrario, lleva dos goles en dos partidos como titular y, lo que es más importante, es una referencia ininterrumpida de movimiento, ritmo de trabajo y abnegación en el último tercio. Donde el centro del campo carecía de intensidad, él la aportaba en zonas más profundas, más anchas y -más tarde, tras el cambio táctico- centrales. Donde otros se han contentado con esperar la magia de Messi, Álvarez ha insistido en hacer que la locura ocurra, ya sea por industria o por ingenio.

Argentina no puede depender sólo de un hombre, aunque sea el más grande que haya existido, y en estos momentos Álvarez es el que realmente está dando un paso adelante para garantizar que no sea así.

Es probable que Holanda no se preocupe en absoluto si no tiene demasiado el balón en los cuartos de final; de hecho, a juzgar por su actuación contra Estados Unidos, puede que diseñe el partido para que sea así.

La responsabilidad entonces es deen que Argentina eleve su propio nivel con el balón, siendo más fluida y atrevida para romper los bloqueos más profundos, pero también que eleve su propio nivel sin el balón.

Australia, improbablemente, estuvo a punto de llevar este partido a la prórroga. Los Martínez, Lisandro y Emiliano, tuvieron que intervenir a última hora para evitarlo. Aunque, por un lado, esa resistencia hasta el último momento nunca será un mal rasgo a tener en el equipo, parece que todavía se requiere con demasiada frecuencia, ya sea por un fallo de concentración o de ritmo.

Holanda pondrá a prueba esa apertura mucho más que cualquier rival hasta ahora en Qatar.

Argentina ha llegado a cuartos de final sin verse obligada a mostrar su mejor juego, pero eso está a punto de cambiar a medida que las apuestas suben.

Siete detenidos en India por linchar a un soldado que protestaba por la filtración de un vídeo de su hija

Previous article

Muere a los 14 años el carlino llamado ‘Noodle’ que se hizo viral en TikTok

Next article

You may also like

Comments

Comments are closed.

More in Deporte