British Airways ha renovado sus altos cargos mientras lucha por recuperarse de los retrasos y cancelaciones de vuelos que han empañado su recuperación tras Covid-19.
Los nuevos directivos han asumido la responsabilidad de los servicios de atención al cliente, las operaciones y las tecnologías de la información, según ha confirmado la aerolínea.
La aerolínea de bandera ha visto mermada su vuelta a los beneficios por el caos de las últimas semanas, que le ha obligado a recortar los horarios hasta el final del verano para evitar más trastornos a los pasajeros.
Se ha visto afectada por la escasez de personal -sobre todo en la gestión de equipajes y otras operaciones en tierra- que también ha afectado a otras aerolíneas. Sin embargo, los problemas informáticos de BA, que han incluido varios cortes importantes del sistema que han dejado a miles de pasajeros varados, son de su propia cosecha.
El director de información y digital, Anthony Allcock, será sustituido por Dirk John, una contratación externa, mientras que Calum Laming será el director de atención al cliente, en sustitución de Tom Stevens, según el Financial Times, que fue el primero en informar de los cambios.
La función de director de operaciones se ha dividido en dos, ya que el titular Jason Mahoney se convierte en director técnico, mientras que una nueva contratación externa se encargará de las operaciones cotidianas.
Un portavoz de la aerolínea dijo: “Estamos atravesando un periodo extremadamente difícil, mientras nos reconstruimos tras la pandemia mundial, y por ello hemos creado cuatro nuevos puestos en nuestro equipo de liderazgo.
“Todo el mundo en British Airways está completamente centrado en tres prioridades: nuestros clientes, el apoyo a la mayor campaña de contratación de nuestra historia y el aumento de nuestra resistencia operativa para ofrecer la mejor experiencia posible a nuestros clientes. “
La semana pasada la empresa matriz de British Airways, IAG, dijo que estaba recortando la capacidad de la programación de verano de BA en un cinco por ciento para reducir las cancelaciones y los retrasos.
El consejero delegado, Luis Gallego, dijo que el coste de hacer frente a la interrupción de BA era la principal razón por la que las pérdidas operativas del primer trimestre eran de 754 millones de euros, mucho peor que las previsiones de los analistas, que eran de 510 millones de euros.
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