Los científicos han, por primera vez, células nerviosas maduras en el laboratorio, lo que, dicen, podría avanzar en la investigación de enfermedades nerviosas degenerativas y ayudar a encontrar nuevos tratamientos.
Los investigadores utilizaron células madre – que tienen la capacidad de convertirse en muchos tipos de células diferentes – para hacer crecer estas neuronas utilizando una técnica conocida como “moléculas danzantes”.
Cuando se implantaron en ratas, las neuronas eran capaces de funcionar y mostraban actividad eléctrica, así como capacidad de señalización y ramificación.
Los investigadores describieron sus hallazgos, publicados en la revista Cell Stem Cell, como “transformadores”, y afirmaron que algún día las neuronas cultivadas en laboratorio podrían trasplantarse a pacientes con enfermedades neurodegenerativas o lesiones medulares para reemplazar las células nerviosas perdidas o dañadas.
En las enfermedades neurodegenerativas, las células del sistema nervioso central dejan de funcionar o mueren.
Un ejemplo de ello es la enfermedad de Alzheimer, en la que se ven afectadas la memoria y la capacidad de pensar, seguidas posteriormente de una incapacidad para realizar las tareas más sencillas.
Otros ejemplos son la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple y la enfermedad motoneuronal (también conocida como esclerosis lateral amiotrófica o ELA).
Anteriormente se habían cultivado células nerviosas en el laboratorio, pero los científicos afirmaron que estas células no maduraban, lo que significa que no eran útiles para avanzar en la investigación de las enfermedades nerviosas degenerativas.
El autor del estudio, Samuel Stupp, catedrático de Ciencia e Ingeniería de Materiales de la Universidad Northwestern (EE.UU.), y su equipo utilizaron el método de las moléculas danzantes para cultivar neuronas maduras en el laboratorio.
Para ello, recubrieron las células nerviosas cultivadas en laboratorio con nanofibras sintéticas que contenían moléculas danzantes de movimiento rápido.
Investigaciones anteriores publicadas por el profesor Stupp a principios de este año demostraron que las moléculas danzantes reparaban con éxito lesiones graves de la médula espinal en ratones.
En este caso, el equipo descubrió que las neuronas recubiertas de nanofibras eran más maduras y mostraban una mayor capacidad de señalización y ramificación, funciones que permiten a las células nerviosas establecer contacto entre sí.
A continuación, los investigadores tomaron células de la piel de un paciente con EMN y las cultivaron en el laboratorio con la misma técnica.
Esto permitió al equipo comprender mejor cómo las proteínas de las células nerviosas pueden desempeñar un papel en la enfermedad.
Evangelos Kiskinis, coautor del estudio y profesor adjunto de neurología y neurociencia en la Universidad Northwestern, afirmó: “Por primera vez, hemos podido observar la agregación de proteínas neurológicas en adultos en las neuronas motoras de pacientes con ELA derivadas de células madre.
“Esto representa un gran avance para nosotros.
“No está claro cómo la agregación desencadena la enfermedad.
“Es lo que esperamos averiguar por primera vez”
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