No se puede tener cero emisiones de carbono”, dice Emma Kisby, directora general en el Reino Unido de Cogola empresa de “tecnología para el bien” que ha ideado una aplicación gratuita de seguimiento del carbono que permite a los consumidores ver al instante la huella de carbono de sus gastos. “No, a menos que se vayan a una cueva y vivan en la oscuridad y coman bayas. Lo cual suena bastante atractivo, después de dos años de educación en casa. Pero todos podemos ser netos cero”.
Así es Kisby en pocas palabras: autocrítica y divertida, orientada a la misión pero pragmática, idealista pero también realista. Su padre, inglés, enseñaba historia y su madre, noruega, matemáticas, por lo que fue un paso natural para Emma encontrarse trabajando como asistente de profesor nada más salir de la escuela, aunque en algún lugar remoto de la cordillera de Dandenong, no muy lejos de Puffing Billy, en el estado australiano de Victoria, rodeada de pájaros lira. Sin embargo, un año fue suficiente antes de volver al Reino Unido para estudiar Historia y Alemán en Bristol, con una estancia en Hannover por cortesía del muy querido y añorado programa Erasmus de la UE.
Con una amplia experiencia laboral en marketing -Grupo Darcy, Nectar, Sainsbury’s, Virgin-, Kisby conoce bien el análisis de los consumidores y las asociaciones comerciales. Pero la enseñanza está en su ADN. Es paciente en las explicaciones, se deleita en premiar los pequeños logros y, sobre todo, cree en lo mejor de nosotros: que todos queremos hacer lo correcto y sólo necesitamos un poco de ayuda en el camino.
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