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Los hogares se enfrentan a meses de fuertes aumentos en los precios de los alimentos y a crecientes vacíos en las estanterías, ya que la guerra en Ucrania provoca una importante interrupción en el suministro de ingredientes clave, han advertido los líderes de la industria.
Los productores han pedido al gobierno que convoque urgentemente un Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria para garantizar el suministro, ya que la drástica caída de las exportaciones de trigo, aceite de girasol, pescado y fertilizantes empieza a causar estragos en las ya tensas cadenas de suministro de alimentos de Europa.
La Federación de Alimentos y Bebidas (FDF) afirmó que el aumento de los precios repercutirá en el coste de una amplia gama de productos básicos. Por ejemplo, el trigo se utiliza en los piensos de las gallinas ponedoras, los cerdos y el ganado lechero, mientras que el aceite de girasol se encuentra en los alimentos procesados, desde las pastas para untar hasta los platos preparados y las patatas fritas.
“La guerra en Ucrania está causando una considerable interrupción en la cadena de suministro y escasez de ingredientes en toda la industria de alimentos y bebidas”, dijo el jefe de comercio internacional de la FDF, Dominic Goudie.
Pidió al gobierno que “movilice todo el arsenal de herramientas a nuestra disposición” para proteger a los hogares, incluyendo a millones de familias vulnerables, de nuevas subidas de precios y apoyar a las empresas a través de “un período de turbulencia sin precedentes.”
Las cifras oficiales publicadas esta semana muestran que la inflación de los precios de los alimentos se está acelerando. Se espera que los aumentos se aceleren a lo largo de este año, profundizando una crisis del coste de la vida que amenaza con empujar a 1,3 millones de personas a la pobreza absoluta.
La inflación se disparó hasta el 6,2% en febrero y se prevé que supere el 8% en otoño, provocando la peor caída del nivel de vida desde al menos la década de 1950. El aumento de los precios de los alimentos, catalizado por la guerra de Ucrania, afectará más a las familias más pobres.
Rusia y Ucrania representan más del 60% del suministro mundial de aceite de girasol y un tercio de las exportaciones de trigo. Aunque Rusia ha seguido enviando algo de trigo, las exportaciones de Ucrania prácticamente se han detenido desde que Vladimir Putin lanzó su ataque hace cuatro semanas.
Se teme especialmente por el suministro de aceite vegetal procedente de Ucrania, donde los agricultores deberían plantar ahora la cosecha de este año. Algunos agricultores están decidiendo vender sus semillas porque no creen que puedan cosecharlas, según Kyle Holland, analista de Mintec.
Otros prevén sustituir el girasol -que se exporta sobre todo para obtener beneficios- por cultivos de subsistencia como la avena, que son vitales para sobrevivir a una guerra cada vez más sangrienta que da pocas señales de llegar a una rápida conclusión.
Eso significaría precios más altos y suministros irregulares de algunos alimentos para los consumidores en Europa. Los precios del aceite de girasol se han duplicado con creces desde que comenzó la guerra y Mintec estima que a Europa le quedan sólo tres semanas de suministros.
La superficie total mundial de tierra plantada con girasol se reducirá a la mitad este año, según las estimaciones de Mintec.
“Esto podría provocar la inaccesibilidad del mercado durante un largo periodo de tiempo. Los daños tardarán mucho tiempo en repararse”, dijo el Sr. Holland.
Los altos precios han empujado a los productores a comprar otros aceites, como el de colza, pero las malas cosechas han dejado los suministros escasos. Los precios de la colza han subido un 90% en un año. Esta semana, el Gobierno británico ha flexibilizado las normas para permitir a los productores de alimentos sustituir el aceite de girasol por otras alternativas sin necesidad de actualizar el envase.
Mientras tanto, las exportaciones de fertilizantes nitrogenados también se han desplomado, haciendo que los precios se quintupliquen. La escasez amenaza la producción de alimentos en toda Europa, debilitando potencialmente la capacidad del continente para compensar las importaciones de Rusia y Ucrania.
El organismo de comercio de fertilizantes del Reino Unido acusó al Gobierno de “minimizar” o malinterpretar la gravedad de la situación. “Estamos desesperadamente preocupados por la seguridad alimentaria”, dijo Jo Gilbertson, responsable de fertilizantes de la Agricultural Industries Confederation (AIC). La AIC ha solicitado una reunión con el secretario de Medio Ambiente, George Eustice, pero éste aún no se la ha concedido.
Advirtió que la situación puede empeorar si los gobiernos intentan imponer más sanciones a Rusia.
Las existencias mundiales de trigo están en su nivel más bajo desde 2006 y los precios han subido un 62% desde enero. Aunque el Reino Unido no importa mucho trigo directamente de Ucrania o Rusia, cualquier reducción en el suministro mundial tiene un impacto aquí.
Estos suministros ya estaban sometidos a la presión de las débiles cosechas en Estados Unidos. En un movimiento inusual, China también declaró públicamente que ha tenido una cosecha de trigo muy mala este año.
Pekín ha sido objeto de críticas por haber acumulado grandes reservas de grano mientras otros países, sobre todo de Oriente Medio y África, luchan por importar lo suficiente.para alimentar a sus ciudadanos.
El suministro de leche también está bajo presión. El viernes, la mayor empresa láctea del Reino Unido, Arla Foods, advirtió que los costes están aumentando a un ritmo récord, lo que hace que los ganaderos tengan dificultades para cubrir los gastos. Arla pide que se aumente la remuneración de los ganaderos para que puedan mantener el flujo de leche.
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