Desvelando la verdad de los envases 100% reciclables

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Los fabricantes y las marcas están asumiendo compromisos audaces y admirables con el medio ambiente al crear materiales de envasado que son sostenibles y reciclables. Pero, aunque muchas marcas mundiales afirman que sus productos están envueltos o empaquetados con materiales 100% reciclables, ¿lo son realmente?

Hay una gran diferencia entre lo que se puede reciclar en teoría y la realidad práctica. La tecnología de reciclaje, las infraestructuras de recogida, el comportamiento de los consumidores, la legislación y los incentivos difieren entre los países y dentro de ellos, lo que da lugar a grandes diferencias en las tasas de reciclaje. El panorama se vuelve aún más matizado cuando se analiza cuántas veces puede reciclarse un material. Algunos materiales se degradan rápidamente y sólo pueden reciclarse un puñado de veces o menos, mientras que otros, como los metales y el vidrio, pueden reciclarse para siempre.

Los gobiernos, las organizaciones ecologistas y las marcas están empezando a adoptar esta imagen matizada, y estamos viendo un cambio hacia un enfoque más circular del reciclaje. Una evaluación del ciclo de vida circular a nivel de producto debe tener en cuenta todos los aspectos relacionados con la circularidad del producto, incluido el contenido reciclado, la tasa de reciclaje, la reciclabilidad intrínseca, el rendimiento durante el reciclaje y el potencial de sustitución de los recursos primarios.

La circularidad fue una de las fuerzas motrices cuando el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente acordó a principios de este año desarrollar un tratado diseñado para acabar con la contaminación por plásticos. La resolución aborda el ciclo de vida completo del plástico, incluyendo la producción, el diseño y la eliminación. Hay una buena razón para que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente se centre en los plásticos: los residuos de plástico se han duplicado en las últimas dos décadas y sólo un 9% se recicla con éxito. El resto acaba en el vertedero, se incinera o se filtra en el medio ambiente.

Los consumidores también son cada vez más conscientes de los efectos medioambientales de las decisiones que toman. En lo que respecta a los envases, El 67% se identifica con la conciencia medioambiental y el 73% está dispuesto a pagar más por los envases ecológicos. Esto significa que ha llegado el momento de que las marcas analicen detenidamente sus opciones de material de envasado y se replanteen qué materiales pueden proteger mejor sus productos y el medio ambiente al mismo tiempo.

Los materiales permanentes como el acero y el aluminio pueden resultar la opción más sostenible en muchos casos. Las tasas de reciclaje de ambos superan ampliamente el 60% a nivel mundial y más del 75% en Europa. Una vez obtenidos, son infinitamente reciclables, lo que los hace circulares por naturaleza y les permite permanecer en el circuito para siempre. Cuando se añaden factores como el aumento de la vida útil, la protección contra la luz y el oxígeno y los avances significativos en materia de peso ligero, se empieza a ver la viabilidad de los envases metálicos en muchos más ámbitos que el de los alimentos enlatados.

“Las empresas tienen que adoptar una visión más holística de la sostenibilidad, como el impacto medioambiental causado directamente por la producción, el uso y la eliminación, el impacto medioambiental causado por el desperdicio innecesario de alimentos y el impacto causado por la eliminación de los materiales de envasado”, afirma Jenny Wassenaar, directora de sostenibilidad de Trivium Packaging, líder en envases metálicos. “Es hora de dejar de lado los plásticos por completo y centrarse en materiales permanentes que puedan reciclarse para siempre”.

Los fabricantes y las marcas de todo el mundo están dando pasos reales para evolucionar en sus objetivos de conciencia ecológica. Los diseñadores y desarrolladores de productos están creando cada vez más soluciones de envasado en la categoría de cuidado personal y del hogar que adoptan el uso de metales, como se ve en los envases de champú rellenables con sistemas de bombeo de metal, y el vino que se embotella en envases de aluminio.

Es posible que los objetivos de sostenibilidad de muchas grandes marcas también necesiten un ajuste para avanzar hacia la circularidad, y no sólo hacia la reciclabilidad. Los objetivos deben evolucionar desde el uso único a las evaluaciones del ciclo de vida circular, que reflejan con mayor precisión el impacto medioambiental de un material a lo largo de toda su vida útil. Si los fabricantes y los consumidores adoptan objetivos más completos, podrán combatir eficazmente el cambio climático. El planeta depende de esta evolución hacia el replanteamiento del reciclaje.

Como dice Wassenaar, “los fabricantes y las marcas tienen la oportunidad y la responsabilidad de pensar en su huella medioambiental y ofrecer un valor que importe cada vez más a sus clientes, que exigen productos más respetuosos con el medio ambiente.”

Para obtener más información y estudios, visite www.triviumpackaging.com

Publicado originalmente en Business Reporter