El Departamento de Estado de Estados Unidos ha condenado la muerte de una mujer iraní bajo custodia policial tras ser detenida por no llevar la cabeza cubierta.
La indignación por la muerte de Mahsa Amini está creciendo tanto en el interior de Irán, según los informes de los grupos de la oposición, como en todo el mundo.
La muerte de la joven de 22 años el pasado viernes ha desencadenado una nueva oleada de resistencia contra la policía religiosa y las normas de moralidad de Irán, incluso por parte de algunos destacados miembros de izquierdas del parlamento del país. Las protestas han estallado en decenas de ciudades de todo el país, según fuentes antigubernamentales.
“La muerte de Mahsa Amini tras las heridas sufridas mientras estaba detenida por la policía por llevar un hiyab ‘inapropiado’ es una afrenta atroz y atroz a los derechos humanos”, dijo a los periodistas un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Joe Biden. “Nuestros pensamientos están con la familia y los seres queridos de Mahsa”.
“Las mujeres en Irán deben tener el derecho a vestir lo que quieran, libres de violencia o acoso. Irán debe poner fin a su uso de la violencia contra las mujeres por ejercer sus libertades fundamentales”, continuaron. “Debe haber responsabilidades por la muerte de Mahsa”.
En Estados Unidos, las protestas continuaron con nuevo fervor ante la sede de Naciones Unidas, así como ante un hotel cercano donde se aloja Ebrahim Raisi, presidente de Irán, mientras asiste a una reunión de la Asamblea General. Miles de manifestantes se reunieron en las calles el miércoles, exigiendo justicia.
“Nadie puede ni debe permanecer en silencio ante los bárbaros asesinatos de la joven Mahsa Amini, de 22 años, a manos de este régimen brutal”, dijo el Dr. Ramesh Sepehrrad, presidente asesor de la Organización de Comunidades Iraní-Americanas.
Maryam Rajavi, presidenta electa del Consejo Nacional de Resistencia de Irán, añadió que la muerte de Amini “encendió el polvorín en nuestras ciudades rebeldes”.
“En efecto, el momento en que este asesino entra en el edificio que se supone que sirve a las naciones del mundo es un momento de vergüenza y desgracia para quienes apaciguan el fascismo religioso gobernante, un momento que marca la conciencia de la humanidad”, añadió Rajavi sobre el próximo discurso de Raisi ante la Asamblea General.
Al menos algunos miembros del organismo parecen estar de acuerdo, ya que el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha pedido que se investigue la muerte de Amini y las supuestas torturas.
El gobierno de Biden sigue participando en las negociaciones con los dirigentes de Irán en relación con una posible reanudación del acuerdo nuclear de 2015 firmado entre el gobierno de Obama, Teherán y un puñado de países europeos.
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