Hubo Norwich City. El Southampton y el Hull City. Hubo incluso -espectacularmente- el Leicester City, durante un tiempo: clubes que superaban su peso comprando bien, desarrollando jugadores y produciendo individuos impactantes por los que los equipos de la Liga de Campeones inevitablemente querrían gastar mucho.
Todos ellos se han dado cuenta de que basta un par de ventas de más o un verano en el que no reinviertan bien para salirse de su trayectoria ascendente. A veces ni siquiera es eso; sólo un año o dos de no vender en el momento adecuado para maximizar los ingresos y las oportunidades de renovación puede salir caro.
Sin embargo, el último club que ha ascendido gracias a un magnífico trabajo de contratación y entrenamiento parece estar listo no sólo con la cosecha actual, sino también con la siguiente: El Brighton and Hove Albion, un equipo que vuela esta temporada y que parece bien preparado para aspirar al fútbol europeo el próximo curso.
Actualmente octavos, los Seagulls se encuentran en una posición potencialmente falsa: de cara al partido del jueves contra el Manchester United, tienen tres partidos menos que el Liverpool, el Aston Villa y el Tottenham. Dos victorias y, en el peor de los casos, serían sextos, con una plaza de Europa League al alcance de la mano.
No es casualidad, ya que el Brighton ha impresionado a muchos, no sólo por su fútbol, sino también por la cantidad de jugadores que ha traído de lugares menos típicos que muchos clubes de la Premier League. Así, les han dado una plataforma para triunfar y convertirse en nombres casi conocidos. El arma de doble filo es que es posible -incluso probable- que esta misma plataforma les convierta en objetivos de otros clubes este verano, pero el Brighton ya está preparado para sobrevivir a ello.
Los Seagulls han sentido el impacto de hacerlo bien y perder figuras clave más de una vez en los últimos meses. Graham Potter, en particular, fue apartado del banquillo para irse al Chelsea, algo que no le fue bien, pero Roberto De Zerbi ha demostrado una rápida capacidad para entrar en escena, no perder la progresión de la temporada e incluso mejorar el equipo en ciertas áreas. Leandro Trossard también se ha ido, y se espera que los siguientes en la lista sean los centrocampistas Alexis Mac Allister y Moisés Caicedo.
Puede haber otros. Puede que sea exagerado decir que al Brighton no le importará, pero desde luego no estará desprevenido.
La actual alineación habitual ya cuenta con una manofTambién hay buenas perspectivas. Facundo Buonanotte, fichado en enero, sólo tiene 18 años y también ha jugado, sobre todo como número 10, mientras que Jeremy Sarmiento, de 20 años, ya ha disputado un Mundial con Ecuador, aunque una lesión ha puesto fin a su participación esta temporada en el club. Por su parte, Billy Gilmour y Tariq Lamptey han perdido protagonismo y protagonismo este año, con sólo tres partidos de liga, pero sólo tienen 21 y 22 años, respectivamente.
Es muy posible que ni uno solo de esa media docena de jugadores esté en el once del jueves por la noche. Pero esa es también la cuestión: el Brighton tiene un equipo que puede competir contra el Manchester United y confiar en ganar el partido.
Y, al final de la temporada, si un par de los titulares se marchan, hay muchas razones para sospechar que habrá planes no sólo para reemplazarlos, sino para mantener la progresión ascendente del club.
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