Io es la noticia que necesitábamos después de una pandemia de dos años, pero el creciente consenso entre los expertos es que el brote de viruela del mono en el Reino Unido podría durar varios meses.
La mayoría cree que la propagación de las infecciones acabará por controlarse -y ciertamente no seguirá el camino del Covid-19-, pero se necesitará “mucho trabajo” para llegar a este punto, dice el profesor John Edmunds, epidemiólogo de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y asesor científico del gobierno.
“Llevará un tiempo. Los equipos de salud pública están persiguiendo todas estas cadenas de transmisión, algunas de las cuales van a ser crípticas por todo tipo de razones.
Mientras tanto, ¿cómo de grande podría ser el brote de Gran Bretaña? Bueno, en primer lugar, vale la pena señalar que los casos actuales detectados hasta ahora, incluidos los 71 anunciados el lunes, no corresponden necesariamente a una transmisión en tiempo real.
En cambio, las autoridades están jugando a ponerse al día en la identificación de los pacientes, muchos de los cuales se habrían infectado hace semanas debido al largo periodo de incubación del virus, que puede durar hasta 21 días.
Los datos diarios sobre las nuevas infecciones detectadas pueden dar la impresión de que el brote se está descontrolando poco a poco, pero esto no es así.
No obstante, es evidente que la viruela del mono se ha sembrado en la población en general y se está extendiendo entre las redes bien conectadas, incluidas las comunidades de hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.
Por ello, es poco probable que la viruela del mono desaparezca repentinamente en un corto periodo de tiempo, según un asesor científico del gobierno, que pidió no ser nombrado.
“[Curbing the outbreak] probablemente se producirá un cambio de comportamiento que probablemente aún no hemos visto”, dijo. “Por lo tanto, esperaría que los casos siguieran aumentando, pero me sorprendería que los casos superaran los 1.000, pero eso es sólo una conjetura”.
Puede que muchos de nosotros ya hayamos pasado de este brote en particular, más preocupados por la crisis del coste de la vida o el partygate, quizás. Sabemos que la viruela del mono no se transmite fácilmente de persona a persona. Sabemos que es una enfermedad relativamente leve que se resuelve sola en cuestión de semanas. Sabemos que los hombres homosexuales y bisexuales representan una gran proporción de los casos actuales. ¿Por qué debería preocuparme entonces?, se preguntarán algunos.
Estos puntos pueden ser ciertos, pero eso no significa que debamos bajar la guardia. Los agentes patógenos no discriminan, y aunque las autoridades sanitarias hacen bien en concienciar a las comunidades más afectadas, todos seguimos siendo susceptibles (aunque el riesgo general sea bajo).
Los expertos han sido claros en cuanto a las señales de advertencia y a las medidas que deben tomarse en su caso: estar atentos a las erupciones o lesiones recién formadas en el cuerpo, abstenerse de mantener relaciones sexuales si se presentan los síntomas, autoaislarse tras un contacto estrecho con un caso conocido, mantener buenas prácticas de higiene, etc.
Con la respuesta adecuada, tanto de las autoridades sanitarias como de la población, este último (e inesperado) capítulo puede cerrarse. Sólo hay que tener paciencia, seguir las orientaciones y ser precavidos.
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