El canciller alemán, Olaf Scholz, reunió el lunes en su despacho de Berlín a los principales representantes de la patronal y de los sindicatos para buscar fórmulas que permitan hacer frente al impacto de la subida de los precios y evitar al mismo tiempo una espiral inflacionista en la mayor economía de Europa.
El Gobierno anunció que la reunión del lunes era la primera de una serie de encuentros destinados a encontrar una amplia alianza para encontrar soluciones, ya que la tasa de inflación anual de Alemania se sitúa en el 7,6%, cerca de su máximo de medio siglo. El director del banco central alemán también estaba en la lista de invitados.
El portavoz de Scholz, Steffen Hebestreit, dijo que “tendremos que tener resultados en otoño”, pero no especificó cuándo exactamente.
En Alemania, los acuerdos salariales suelen negociarse entre las organizaciones empresariales y los sindicatos que abarcan todo un sector industrial.
Cuando anunció su “acción concertada contra la presión de los precios”, hace un mes, Scholz señaló un reciente acuerdo en la industria química como una solución “muy interesante”.
Los empresarios y los representantes de los trabajadores acordaron un pago único de 1.400 euros (1.460 dólares) por empleado para ayudar a contrarrestar la subida de precios. Pero también pospusieron las conversaciones sobre un aumento salarial formal hasta octubre, con la esperanza de que las perspectivas económicas sean más claras para entonces.
El domingo, Scholz trató de disipar las insinuaciones de que podría pensar que esos pagos puntuales deberían sustituir a los aumentos salariales formales. “Nadie está proponiendo que los aumentos salariales reales no se produzcan por esto”, dijo a la televisión ARD.
Alemania redujo temporalmente los impuestos sobre el gasóleo y la gasolina a principios de junio e introdujo un billete ultra barato que permite utilizar todo el transporte público local y regional por nueve euros (menos de 10 dólares) al mes. Las medidas durarán tres meses.
Comments